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Bogotá se inundó de brisa tropical, romance urbano y playa cuando Danny Ocean se apoderó del Movistar Arena. Con más de 12.000 personas presentes y un “sold out” que confirmó la vigencia de su música, el venezolano desplegó su mezcla de amor, ritmo y luces.
De esta manera, el exitoso cantante que, actualmente reside en los Estados Unidos dejó claro que este 2025 lo ha llevado directo al corazón del público colombiano.

Elena Rose se lució en el primer turno
El show arrancó con fuerza gracias a la artista también venezolana, quien salió al escenario portando unas alas de plumas blancas bajo aplausos y banderas venezolanas ondeando desde las tribunas.
Interpretó “Otro huevón”, marcando un inicio cargado de emoción. Entre lágrimas, dijo que se sentía como si estuviera en Venezuela, recordando la distancia que la migración establece pero también el poder de la música para unir.
El espíritu playero de Danny
La producción del espectáculo fue un viaje directo al Caribe. Percusiones en vivo, proyecciones de playas, palmeras gigantescas decorando el escenario y un sol naranja brillando alto fueron solo algunas de las piezas visuales que hicieron sentir al público como si estuviera viviendo una tarde de verano.
El caraqueño no solo vino a cantar: vino a reencontrarse con sus fans. Arrancó con “Imagínate”, colaboración reciente con el colombiano Kapo, mantuvo la energía con temas como “Volare”, “Amor”, “Epa Wei”, “Swing” y “Ay mami”.
También hubo espacios íntimos: apagaron las luces del sol escénico para que Danny cantara “Ferrari” y “Dime tú”, mientras cientos de celulares iluminaban la arena como estrellas en la noche.
Luego de cerca de hora y media de concierto, el momento más esperado llegó: “Me Rehúso”. Cuando la primera nota sonó, el Movistar Arena se convirtió en un coro imparable. La canción de 2016, la que lo lanzó al estrellato, selló la noche en una explosión colectiva de canto, emoción y recuerdo.
Nacho llegó al Movistar Arena
En el tope del concierto, invitó a Nacho para cantar juntos clásicos de la era del anzoatiguense en Chino y Nacho, por lo que “Mi niña bonita” retumbó en el recinto.
Ambos venezolanos demostraron su buena relación y, en medio de estrechones de mano y unos cuantos abrazos, hicieron del espectáculo una mágica velada que desencadenó un sinfín de mensajes pidiendo una colaboración juntos en el futuro.