La temporada 2023-2024 marcó el fin de la sequía más larga para un equipo profesional en Venezuela sin conseguir un título. Fueron casi 38 años los que los fanáticos de Tiburones de La Guaira tuvieron que esperar para probar nuevamente las mieles del triunfo, y lo consiguieron ante un digno rival como los Cardenales de Lara, quienes tuvieron como dirigente, a la persona que los devolvió en la 2022-2023 a una instancia decisiva luego de 11 años de ausencia: el veterano Henry Blanco.
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Blanco quedó corto en el intento de ser él quien comandara el batallón escualo que le pondría fin a la histórica sequía del conjunto litoralense, pero sucumbió en 6 juegos ante los Leones del Caracas, gracias a un batazo de Harold Castro en entradas extras. Tan cerca pero a la vez tan lejos, la fanaticada guairista tendría que esperar un año más para materializar el tan anhelado sueño.
Durante la temporada muerta, se conoció la no continuidad de Henry Blanco en el proyecto de reestructuración de César Collins y compañía. Luego de varias semanas, los Cardenales de Lara, quienes en ese mismo año habían quedado a un juego de meterse a la final, anunciaron la noticia de la contratación de Blanco como su mánager para la zafra 2023-2024.
Los pájaros rojos iniciaron la ronda regular por todo lo alto, compartiéndose el primer lugar de la tabla de posiciones la mayor parte del tiempo con los Leones del Caracas. Tuvieron el mejor pitcheo colectivo de la liga con 4.24, el mejor FIP 4.14 y la segunda mayor tasa de ponches por cada nueve entradas con 6.20, gracias a una rotación sólida comandada por los grandesligas Máximo Castillo, Anderson Espinoza, los incansables Néstor Molina y Raúl Rivero y en ocasiones los brazos zurdos de Fabián Blanco y Brayan Pérez.
Gracias a su ritmo arrollador en los primeros dos meses del torneo, el conjunto crepuscular estaba labrando cómodamente su caminar al Round Robin, aún sin contar con una ofensiva de renombre. Fueron el cuarto mejor promedio de la liga con .284 y estuvieron comandados por las actuaciones de Pedro Castellano, Gorkys Hernández y Jecksson Flores. Al final de la ronda regular, sumaron los maderos de Juniel Querecuto y su capitán Ildemaro Vargas.
A mitades de noviembre, el equipo larense sufrió la sensible baja de su relevista zurdo Edwin Escobar, quien había firmado contrato con los Cachorros de Chicago. Aun así la tropa de Henry Blanco culminó en el primer lugar de la tabla de posiciones con 10 juegos por encima de .500 y récord de 33-23, siendo el equipo con el mejor récord en calidad de visitante (17-11). La gerencia larense se reforzó para el Round Robin con el cerrador Silvino Bracho y el toletero Ángel Reyes, ambos de las Águilas del Zulia.
COMIENZO DIFÍCIL
La novena crepuscular tuvo que afrontar sus primeros cuatro encuentros sin su receptor principal, el maracayero Carlos Narváez, quien tuvo que viajar a República Dominicana por un trámite de visado, ni con uno de sus mejores abridores, Anderson Espinoza, quien había firmado contrato para el beisbol asiático y tuvo que detener su actuación cuando venía de menos a más. En ese ínterin, Cardenales tuvo foja de 0-4, dependiendo de una reacción milagrosa para avanzar a la Gran Final, una hazaña que ningún equipo había logrado antes.
Narváez fue uno de los mejores bates de Lara con HPA (.320) y 23 carreras empujadas, además de guiar al mejor pitcheo de la liga y estar presente en los cuatro blanqueos que propinaron los brazos de Cardenales.
Ya con su principal receptor de vuelta, los pupilos de Henry Blanco contaron con la explosión ofensiva de Jermaine Palacios, quien había tenido una ronda regular discreta. Palacios comandó el todos contra todos con .439 de promedio, el más alto en la historia de la franquicia en Round Robín, empujó 14 carreras, pegó ocho dobles (igualó el récord de la liga en RR) y tuvo 1.168 de OPS.
El derecho Máximo Castillo sacó su casta de grandeliga y fue el líder en efectividad del RR con 2.65, pero las alarmas se encendieron cuando se dio a conocer que su nuevo equipo en Estados Unidos, los Medias Rojas de Boston, habían solicitado que culminara su participación.
Con buen bateo y buen pitcheo, Cardenales logró lo imposible, ganaron los 10 de sus próximos 12 compromisos para convertirse en el primer conjunto en avanzar a una final luego de empezar con marca de 0-4. La mesa estaba servida para que Henry Blanco tuviera su desquite, pero tendría que hacerlo ante el equipo que dirigió la campaña anterior, los Tiburones de La Guaira, quienes avanzaron luego de sus primeros 10 juegos con un ritmo triturador.
LUZ VERDE SIEMPRE
Cardenales fue el equipo que más bases estafó en la ronda regular con 54, mostrando el juego agresivo en las bases de Blanco. La cuarta mejor marca en la historia de la franquicia en una temporada. Durante el Round Robín mantuvieron la fórmula, y se estafaron 17 almohadillas, nuevamente líderes en ese departamento. Durante la final trataron de repetir su misma estrategia, aunque nuevamente lideraron el apartado con cuatro, no les bastó para producir las carreras que necesitaban.
SIN CASTILLO NI ESPINOZA
Lara tuvo que afrontar la final sabiendo que sólo podía utilizar a sus dos mejores lanzadores una vez, ubicándolos para el juego 3 y 4 en Barquisimeto. Siendo el refuerzo Jhoulys Chacín y el importado mexicano José Bravo los designados para abrir los primeros dos desafíos en Caracas.
El pitcheo y el bateo oportuno de la Guaira fue ampliamente superior en los primeros dos juegos. Contando con una joya del abridor Ricardo Pinto de siete innings en blanco. A los pájaros rojos no le salían las cosas y estaban obligados a remontar en su nido.
Máximo Castillo, su mejor lanzador en toda la temporada, no pudo contener a los bates escualos y fue castigado con seis carreras en cuatro innings en el juego 3, La Guaira estaba a una victoria de la tan esperada corona.
¿LINE UP MAL ESTRUCTURADO?
A lo largo de toda la temporada, Henry Blanco fue muy criticado por los fanáticos en Redes Sociales por las pocas veces que movió su banca. Fueron muy contadas las oportunidades en que se vio al veterano estratega traer a un bateador emergente en situaciones de apremio. Bateadores como Pedro Castellanos, Juan Teixeira, Javier Sanoja y Leonel Valera, que tuvieron una buena temporada regular, vieron cerradas sus opciones de juego desde el mes de enero. Valera no continuó con el equipo desde diciembre, Castellanos solo disputó el primer juego del todos contra todos, mientras que Sanoja y Teixeira fueron renegados a la banca en la espera de cualquier oportunidad que pudiera brindarles el mandamás Henry Blanco.
Lara tuvo el mejor promedio en la final, 10 puntos por encima de Tiburones (.310). Pero, con HPA, La Guaira fue más oportuno, ligando para .275 por .235 de Cardenales, los escualos empujaron 23 carreras en esa situación, mientras que Lara apenas pudo fletar 11.
Gorkys Hernández, fue el mejor bate en toda la final, de 16-10 (.625 de promedio), wOBA de .689 y un BABIP de .667, pero al estar ubicado como 6to en el orden, no pudo encontrar muchos compañeros en circulación. Apenas pudo remolcar dos, y pisar el plato sólo en dos ocasiones. Ángel Reyes, quien pegó de hit en los 16 juegos del Round Robin, solo dio un hit en seis turnos que tuvo con hombres en posición de anotar en la serie final, combinados a Jermaine Palacios, Rangel Ravelo, Odubel Herrera, Ildemaro Vargas y Hernán Pérez sumaron de 37-9 con HPA en toda la final (.243).
A lo largo de toda la serie, Blanco no hizo cambios significativos en su line up, más allá de poner a Yojhan Quevedo como receptor titular en el Juego 4, encuentro en el que terminó siendo el Más Valioso al ligar de 4-3 con cuadrangular y tres empujadas. La parte media de la alineación se mantuvo igual durante toda la final a pesar de su alta cantidad de hombres dejados en las bases.
Henry Blanco es el primer mánager en llegar a una final con equipos distintos en años consecutivos, pero no pudo conseguir la fórmula para engranar su alineación y poder producir el mayor número de carreras. Sufrió dos blanqueos en manos del mismo lanzador, y en cada juego faltó el batazo oportuno. Una vez más, se queda corto en la instancia decisiva, sin una rotación confiable, una parte media de line up sin recursos, una importación que dejó mucho que desear y refuerzos que no rindieron lo que se esperaba. Blanco fue ratificado en diciembre como el mánager de Cardenales para la temporada 2024-2025. Merecido o no, tiene mucho que corregir para poder devolverle a la ciudad de Barquisimeto y a todo el estado Lara la alegría de celebrar un campeonato.