Cardenales de Lara tuvo un catastrófico comienzo de Round Robin tras haberse colocado 0-4 en su récord, desatando la angustia y el desespero en el entorno barquisimetano. Sin embargo, ese equipo ha empezado a demostrar las razones por las que culminó en el primer lugar de la clasificación en la ronda regular.
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Hasta tres victorias al hilo han conseguido los pájaros rojos, dando señales de vida en el todos contra todos. Uno de los aspectos que ha ayudado a esa reacción crepuscular es la agresividad con la que han jugado el beisbol.
El cuerpo técnico, liderado por Henry Blanco, ha apostado por ser más rebeldes en las almohadillas. Cardenales es la novena con más bases estafadas en los playoffs, con 10, y los que más se le acercan son Bravos de Margarita y Tiburones de La Guaira, ambos con 5.
La diferencia entre los larenses y los otros cuatro equipos de la postemporada es realmente significativa, en ese apartado ofensivo. Pese a su mal arranque en enero, Lara ostenta el segundo mejor porcentaje de embasado, al acumular .378, solo superados por Tiburones y no por mucho (.384).
A partir de allí es donde empezó el cambio drástico que han tenido los crepusculares. Desde aquella victoria (10-3) ante Tigres de Aragua, los que juegan con la indumentaria roja no han parado de batear y se han mostrado nuevamente como esa peligrosa toletería que puede hacer mucho daño.