Jackson Melián tiene ahora la responsabilidad de llevar al cardumen a aguas seguras, luego de que la gerencia decidiera darle el mando. Será su segunda experiencia como estratega en la LVBP, tras su paso por Caribes de Anzoátegui, equipo al que llevó a la final en la temporada 2019-2020.
Malavé era el anhelo de la gerencia que encabeza Fernando Veracierto y Richard Díaz desde hace dos años, pero el momento actual de La Guaira (tienen tres derrotas seguidas y siete reveses de sus últimos 10 compromisos) ameritaba tomar una decisión.
Durante su mala racha los lanzadores se combinan para un nefasto promedio de carreras limpias permitidas de 5.50, la sexta peor del campeonato. Lanzadores como Junior Guerra o Jorgan Cavanerio, que en teoría son los dos brazos confiables de la rotación guairista, no pudieron ganar sus últimos juegos, y eso dificulta más que el equipo salga airoso porque se trata del 1-2 de su cuerpo monticular.
Otros lanzadores como Víctor Díaz (6.08 de efectividad) o Eudis Idrogo no han sido los mismos de otros años. Aunado a ello, han recibido golpes importantes como la baja de Brayan Rocchio (mandado a parar por Cleveland) o la ausencia a partir del domingo de Ricardo Genovés.
Su ofensiva ha sufrido un bajón en los últimos encuentros, siendo blanqueados dos veces por Cardenales y Águilas en días sucesivos. .283 es el promedio que presenta Tiburones, y su cuota de jonrones (19) es también bajo comparado con el resto de conjuntos. Deberán hacer ajustes porque en medio de una liga tan ofensiva, es esencial que sus bates produzcan.