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El abridor venezolano de los Filis de Filadelfia, Ranger Suárez, ha retomado el nivel dominante que lo ha convertido en uno de los lanzadores más confiables de toda la MLB. Aunque su regreso tras la lesión no fue el ideal, el zurdo de Pie de Cuesta ha dejado claro que solo fue un mal día y nada más.
En su primera apertura luego de salir de la lista de lesionados, Suárez fue castigado con siete carreras limpias. Parecía un regreso difícil, pero ese día quedó como una simple mancha en una temporada que sigue siendo sobresaliente. Desde entonces, ha hecho siete aperturas más y solo ha permitido seis carreras limpias en total. Su efectividad en ese tramo es de 1.16, una cifra que habla por sí sola.
Lo más impresionante es la consistencia con la que ha trabajado. En cada una de esas siete salidas ha completado al menos 6.0 entradas, promediando 20 outs por apertura. No solo está limitando a los rivales, sino que también le está dando profundidad al cuerpo de lanzadores de Filadelfia, algo fundamental en esta etapa de la campaña.
Suárez no necesita ponchar a todos para ser dominante. Con un excelente comando de sus pitcheos, mezcla de manera efectiva la recta, el cambio y la curva, obligando a los bateadores a hacer contacto débil. Su experiencia en el montículo es evidente y su serenidad, incluso en momentos complicados, lo ha mantenido como un serpentinero de élite.
El venezolano ha sido uno de los grandes pilares de los Filis en esta temporada, y su presente invita a pensar que lo mejor aún está por venir.