El propietario de los Yankees de Nueva York, Hal Steinbrenner, ha sacudido la conversación financiera que siempre envuelve al equipo neoyorquino al declarar que “no es justo” asumir que los Yankees obtienen ganancias. En un tono directo y sin adornos, Steinbrenner rechazó la idea generalizada de que el club vive en un constante beneficio económico.
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Según la versión del dueño, no basta con observar los ingresos para formar una conclusión, pues también es necesario considerar los gastos, por ejemplo, el desembolso anual de 100 millones de dólares que cancelan al municipio de Nueva York, incluso en temporadas con ingresos comprometidos.
Exigencias altas para los Yankees
La nómina del equipo para la temporada 2025 ascendía a aproximadamente 319 millones de dólares, y Steinbrenner admitió que aunque preferiría reducir ese número, la realidad competitiva impone lo contrario: “un equipo de élite” exige un presupuesto amplio. Su mensaje, por lo tanto, adquiere doble dimensión: por un lado, resalta la presión de mantener una inversión alta para aspirar al campeonato; por otro, pone en el centro del debate la concepción pública de un club que siempre “gana dinero”.
En este estadio de mediático escrutinio, el dueño de los Yankees abre la caja de los truenos al cuestionar una narrativa cómoda para muchos aficionados y medios: la de un equipo que simplemente imprime dinero. Pero insiste en que no es esa su realidad. Según Steinbrenner, los costos fijos y variables —y los riesgos del performance deportivo— no siempre dejan márgenes de beneficio claros, cuestión que rara vez se discute de forma franca entre los grandes clubes de la MLB.
Su intervención llega en un momento crítico, en el que se avecina la agencia libre, se prevén movimientos costosos y la exigencia de resultados es tan alta como siempre en el Bronx.