Las Águilas Cibaeñas rindieron este sábado un sentido homenaje al “pelotero de la patria” Miguel Tejada, donde además le fue retirado el número que utilizó durante los 17 años vistiendo la camiseta de los rapaces.
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En una ceremonia especial previo al juego contra los Tigres del Licey, el Consejo Directivo de las Águilas y algunos de los jugadores que estuvieron con Tejada en su exitosa carrera le acompañaron en este tributo, entre ellos Luis Polonia, Bartolo Colón, Rafael Furcal, Tony Batista, Héctor Luna, Roberto Hernández y TJ Peña.
“Sepan que yo soy y seré un soldado aguilucho toda la vida. Donde el equipo me necesite ahí estaré”, manifestó por su parte un emotivo Tejada en un discurso que debió interrumpir varias veces por las lágrimas.
El número 4 de Tejada se une al selecto listado compuesto por: (1) que vistió Miguel Diloné; (3) Winston “Chilote” Llenas; (9) de Roberto Peña; (10) usado por Franklin Taveras y Feliz Fermín; (14) Tony Peña; (18) Stanley Javier; (22) Luis Polonia; (24) de Ramón Arturo Peña; (25) Julián Javier; (31) Guillermo García; (29) de Julio Martínez y (32) de Arnulfo “Nino” Espinoza.
Es menester señalar que Miguel Tejada es apenas el décimo cuarto pelotero al que los amarillos la retiran el número y el primero desde la temporada 2011-2012.
En su trayectoria “El pelotero de la patria” participó en 12 series finales donde se coronó campeón en ocho ocasiones para las temporadas 1996-97, 97-98, 99-00, 2000-01, 2002-03, 2004-05, 2006-07 y 2007-08.
Además, Miguel Tejada ostenta los lideratos de en postemporadas en cuadrangulares (29) y carreras impulsadas (128), así como en series del Caribe donde lidera de por vida en bateo (315), cuadrangulares (15) y carreras remolcadas (47).
Para llegar al escenario Miguel Tejada tuvo una entrada particular en un autobús que simboliza su apodo de “La Guagua” y que traía de pasajeros a sus familiares, así como a las principales autoridades de la provincia Peravia, de donde es oriundo. Mientras esto ocurría, un espectacular show de fuegos artificiales acompañado de un aplauso interminable complementó el inolvidable momento.