El fentanilo es un poderoso opioide sintético que puede ser hasta 50 veces más fuerte que la heroína y hasta 100 veces más fuerte que la morfina, según la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas. Aunque inicialmente se desarrolló como un analgésico intravenoso en la década de 1960, su uso recreativo se ha vuelto cada vez más común desde la década de 1970.
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El gobernador Freddy Bernal informó sobre la detención de un individuo con 45 porciones de fentanilo en San Antonio del Táchira, resaltando la importancia de reforzar los controles en la frontera, ya que el detenido había ingresado desde Colombia.
Una de las características más alarmantes del fentanilo es su potencia y letalidad. Según la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas, una dosis de tan solo dos miligramos de fentanilo, equivalente a entre 10 y 15 granos de sal de mesa, se considera letal. Esta droga es a menudo fabricada ilegalmente y se combina con otras sustancias, como pastillas falsificadas, heroína, cocaína y metanfetamina, lo que puede llevar a que las personas no sean conscientes de que están consumiendo fentanilo y, por lo tanto, sufran una intoxicación accidental.
El fentanilo es altamente adictivo debido a su capacidad para unirse a los receptores que controlan tanto el dolor como las emociones en el cerebro. Esta combinación de potencia y adicción lo ha convertido en una preocupación creciente en todo el mundo, y su apodo de "droga zombie" refleja los efectos devastadores que puede tener en quienes la consumen. La lucha contra esta peligrosa droga es un desafío constante para las autoridades y profesionales de la salud, ya que buscan proteger a la población de sus efectos letales.