El gesto de regalar flores amarillas el 21 de marzo, día del equinoccio de primavera, tiene profundas raíces culturales e históricas que lo vinculan con la renovación y la alegría que trae consigo esta temporada.
NOTAS RELACIONADAS
La práctica se remonta a varias influencias, entre ellas:
-
Equinoccio de primavera: Este día marca el renacimiento de la naturaleza después del invierno, simbolizando la vitalidad y el resurgimiento. El color amarillo de las flores representa la energía del sol y la renovación.
-
Día Internacional de la Felicidad: Coincide con esta fecha, promoviendo la importancia del optimismo y la alegría. El regalo de flores amarillas se interpreta como una celebración de estos sentimientos positivos.
-
Creencias espirituales: En diversas culturas, el equinoccio de primavera es un momento de conexión espiritual y renovación cósmica. El amarillo se asocia con la divinidad y la energía positiva.
-
Eventos religiosos: Festividades como Holi en el hinduismo y la Anunciación en el cristianismo contribuyente a la tradición. Se intercambian flores amarillas como símbolo de esperanza y renovación espiritual.
La costumbre de regalar flores amarillas el 21 de marzo trasciende lo meramente material, representando la bienvenida a la nueva vida y la esperanza en tiempos de cambio.