Cómo leer estadísticas deportivas: xG, PER, QB Rating, Plus/Minus y más

La manera en la que entendemos el deporte cambió para siempre desde que las estadísticas empezaron a ocupar un lugar central. 

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Meridiano

Viernes, 12 de diciembre de 2025 a las 03:30 pm
Cómo leer estadísticas deportivas: xG, PER, QB Rating, Plus/Minus y más
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La manera en la que entendemos el deporte cambió para siempre desde que las estadísticas empezaron a ocupar un lugar central. Antes, uno veía un partido, hacía memoria de algunas jugadas clave y ya está o veías un resumen con todos los goles del encuentro. Hoy, cada acción deja un registro numérico que puede revelar cosas que incluso viendo el partido entero pueden pasarse por alto. El detalle es que estas métricas, por muy útiles que sean, no significan nada si no sabes interpretarlas. Es como tener la foto de un rompecabezas, pero sin saber cómo armarlo.

En esta guía vas a encontrar explicaciones claras, y aterrizadas al día a día del aficionado venezolano, sobre las estadísticas más usadas en el deporte moderno. Algunas son bastante simples de entender; otras requieren aprender cómo se calculan. Pero, una vez las dominas, te cambian completamente la forma de analizar cualquier encuentro, sea fútbol, baloncesto, hockey o béisbol.

xG (expected goals): la revolución del fútbol moderno

Si hay una métrica que partió la conversación futbolera en dos, fue el xG. “Goles esperados” parece un concepto rebuscado, pero en realidad es una de las herramientas más precisas para medir la calidad de las ocasiones generadas por un equipo.

Cada tiro se evalúa según miles de situaciones similares anteriores: distancia, ángulo, si había marca, si fue con el pie dominante, todo influye. Una ocasión clarísima dentro del área chica puede tener 0.75 o 0.8 xG. Un remate desde fuera del área, con un defensor encima, apenas 0.03 o 0.05.

El xG sirve para diferenciar entre lo que parece y lo que realmente ocurrió. Puedes ver un marcador 3-0 que luce contundente, pero los números muestran otra historia: quizás el equipo ganador tuvo pocas oportunidades claras y simplemente acertó todas, mientras el rival falló las suyas. Con el paso de los partidos, los equipos suelen acercarse a sus valores de xG, lo que lo convierte en un excelente predictor.

PER (player efficiency rating): el valor integral del baloncesto

El baloncesto siempre ha sido un deporte lleno de estadísticas, pero el PER intentó reunirlas en un solo número. John Hollinger lo diseñó para que, de un vistazo, puedas medir el impacto global de un jugador. En teoría, 15.0 es el promedio de la liga. Encima de 20, estás ante un jugador de élite. Arriba de 25, ya se habla de MVP.

El PER premia a quienes producen mucho y fallan poco. Y también penaliza pérdidas de balón, tiros fallados y decisiones erróneas. Esto es importante en la NBA, pero también se ha vuelto referencia en análisis de ligas internacionales. Sin embargo, no es perfecto: no mide del todo bien la defensa, porque ese lado del juego depende de cosas menos cuantificables como rotaciones, ayudas o lectura táctica.

QB Rating: el rompecabezas del fútbol americano

Si alguna vez has visto un partido de NFL y has dicho “¿qué significa ese número?”, no estás solo. El QB Rating es famoso por ser enredado. Evalúa cuatro áreas: porcentaje de pases completos, yardas por intento, touchdowns y porcentaje de intercepciones.

El número máximo es 158.3, que casi nadie alcanza. Un QB sólido ronda los 90-100. Por encima de 110, hablamos de una temporada de escándalo. Aaron Rodgers, por ejemplo, tiene uno de los promedios más altos en la historia.

Ahora bien, este cálculo tiene sus detractores. No toma en cuenta carreras del quarterback, lo cual hoy en día es clave con mariscales como Lamar Jackson o Josh Allen. Tampoco distingue contexto: completar un pase de cinco yardas en tercera y cuatro vale lo mismo que completarlo en tercera y quince. Así que, aunque útil, requiere tener en mente sus limitaciones.

Plus/Minus: el impacto que no siempre se ve

Esta métrica es especialmente popular en hockey sobre hielo y baloncesto. En su versión más simple, mide qué pasa mientras estás en cancha: si tu equipo anota, sumas; si recibe, restas.

El problema del plus/minus básico es que te arrastra el rendimiento colectivo. Puedes ser un jugador espectacular en medio de un equipo flojo y terminar con números negativos. Por eso, en baloncesto se crearon versiones más avanzadas como el RPM (Real Plus/Minus) que ajusta según rivales y compañeros.

Pero aun con sus limitaciones, esta estadística te ayuda a detectar jugadores que “hacen mejor” al equipo sin llenar el boxscore: defensores inteligentes, jugadores que colocan pantallas en el momento justo, o los que ocupan espacios clave en transiciones ofensivas.

Otras métricas esenciales según el deporte

WAR – Béisbol
Una de las más completas. El WAR indica cuántas victorias aporta un jugador por encima de un reemplazo promedio. Un WAR de 5 ya es temporada notable; de 8 hacia arriba, nivel superestrella.

Slugging Percentage – Béisbol
No se limita a cuántos hits conectas, sino al impacto: dobles, triples y jonrones valen más. De golpe, un bateador que parecía normalito se vuelve una amenaza real.

Save Percentage – Hockey
Mide tiros atajados por el portero. Es una métrica muy directa, pero extremadamente útil. Sobre .920, ya estás viendo a un guardameta de primer nivel.

Aces por partido – Tenis
 Un tenista que domina desde el saque obliga al rival a jugar siempre a contracorriente. Por sí sola no dice todo, pero combinada con dobles faltas y efectividad del primer servicio te pinta una imagen más precisa.

Para los apostadores que quieren aplicar estos conocimientos estadísticos, muchas plataformas ofrecen apuesta gratis por registro (freebet) que permite practicar análisis con datos reales sin comprometer capital inicial, una forma inteligente de validar tus interpretaciones antes de apostar con dinero real".

Cómo usar estas estadísticas correctamente

Entender las métricas está bien, pero la clave es combinarlas. Ninguna estadística cuenta toda la historia. El xG ignora la calidad del portero; el PER exagera el impacto de jugadores que juegan en sistemas rápidos; el QB Rating no distingue jugadas de alto valor situacional.

Veamos ejemplos sencillos:
 – En fútbol, un equipo puede tener más xG que el rival, pero si el rival tiene un portero diferencial, el análisis cambia.
 – En baloncesto, un jugador puede tener un PER altísimo, pero su equipo rinde peor cuando él está en cancha, lo cual te lo revela el plus/minus.
 – En béisbol, un bateador con un gran promedio de bateo puede ser menos valioso que uno con slugging alto, porque un hit no vale lo mismo que un jonrón.

Siempre combina estadísticas con contexto: lesiones, calendario, clima, cansancio, motivación del equipo, importancia del partido, rivalidad histórica. Las estadísticas describen el pasado; el contexto intenta anticipar lo que viene.

Domina los números, pero sigue viendo los partidos

La era de los datos democratizó el análisis deportivo. Hoy cualquier fan venezolano puede leer métricas avanzadas y entender patrones que antes solo manejaban los cuerpos técnicos. Pero los números no sustituyen el ojo humano.

La mejor fórmula es mezclar ambas cosas: lo que ves y lo que dicen los datos. Las estadísticas te ayudan a identificar tendencias ocultas; ver los partidos te permite entender si esas tendencias tienen sentido o si son producto del azar.

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