El presidente Donald Trump firmó el viernes una orden ejecutiva destinada a eliminar los aranceles impuestos a la carne de res, café y frutas tropicales importadas. Esta acción busca mitigar la creciente presión inflacionaria en la economía estadounidense y se produce en un contexto político delicado, marcado por preocupaciones sobre el desempeño de los demócratas en las recientes elecciones locales y la próxima contienda electoral de mitad de mandato.
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A pesar de que el gobierno ha destacado el aumento en la recaudación fiscal debido a los aranceles, los consumidores han expresado su descontento por el aumento desmedido de los precios. En las elecciones de mitad de mandato, muchos votantes señalaron la economía como su principal preocupación, lo que contribuyó a las significativas victorias demócratas en estados como Virginia y Nueva Jersey, así como en la alcaldía de Nueva York.
Impacto de los aranceles previos
En abril, Trump había impuesto aranceles a la mayoría de los países, asegurando que no habría repercusiones negativas para los consumidores. Sin embargo, los precios de la carne han alcanzado niveles récord, lo que ha generado una fuerte inquietud entre los ciudadanos. El incremento en los precios fue exacerbado por un arancel del 50% sobre las importaciones de carne de res desde Brasil, un importante exportador del producto, combinado con una disminución en la producción nacional.
La orden ejecutiva también elimina aranceles sobre otros productos, incluyendo té, jugos de frutas, cacao, especias, plátanos, naranjas, tomates y ciertos fertilizantes, muchos de los cuales no se producen en Estados Unidos. Además, se anunciaron acuerdos comerciales con Ecuador, Guatemala, El Salvador y Argentina para reducir los aranceles sobre productos agrícolas provenientes de estos países.
Ajuste a la política comercial
Esta medida contrasta con los aranceles recíprocos impuestos por Trump el 2 de abril, que establecieron un arancel mínimo del 10% a la mayoría de los países del mundo. Aunque esta política generó ingresos significativos para el Tesoro estadounidense, también contribuyó a una inflación persistente que afecta a los consumidores. Tras reevaluar la situación económica el 5 de septiembre, Trump decidió reducir nuevamente los aranceles, reconociendo que la capacidad de producción interna y la demanda actual eran factores críticos en la decisión.
La reciente eliminación de aranceles es un intento del gobierno para abordar las preocupaciones económicas de los estadounidenses y aliviar el costo de vida.
