A partir del 1 de julio, los trabajadores de Chicago experimentarán un incremento en el salario mínimo por hora. Esta medida no solo beneficiará a los empleados en general, sino que también se extenderá a aquellos que laboran bajo un régimen de propinas.
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Aumento para trabajadores con propinas
El salario mínimo para los trabajadores que reciben propinas aumentará de $11.02 a $12.62 por hora, además de las propinas que puedan recibir. Esta iniciativa forma parte del programa "Un Salario Justo" (One Fair Wage), que fue aprobado por el Ayuntamiento de Chicago en octubre de 2023. La propuesta incluye aumentos anuales del 8% hasta el año 2028, cuando se espera que los trabajadores con propinas reciban el mismo salario mínimo que sus compañeros no tipados.
Nuevas tarifas salariales en Chicago
Con la implementación de esta nueva medida, las tarifas salariales en Chicago quedarán de la siguiente manera:
• Salario mínimo general (para empleadores con cuatro o más trabajadores): pasará de $16.20 a $16.60 por hora.
• Trabajadores con propinas: $12.62 por hora (más propinas).
• Jóvenes en programas de empleo subsidiado: $16.50 por hora.
• Empleados con ingresos anuales igual o menores a $62,261.90 (o $32.60 por hora): estarán cubiertos por la ordenanza.
Impacto en los precios de comida
A pesar de los beneficios para los trabajadores, algunos dueños de restaurantes expresan preocupaciones sobre el impacto económico de esta medida. Según Sotelo, propietario de un restaurante local, "bien para ellos que van a ganar más, ¿verdad? Pero somos afectados igualmente los dueños de restaurantes porque vamos a pagar más. Entonces, ¿de dónde va a salir? Del cliente." Esto sugiere que es probable que los precios de los alimentos aumenten como consecuencia del incremento salarial.
Sam Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Restaurantes, también ha levantado la voz en contra de la medida, señalando que cada primero de julio se limita la capacidad de aumentar los salarios para quienes trabajan en la cocina y no reciben propinas. "Se han perdido más de cinco mil empleos solo en Chicago y siguen cerrando restaurantes por el alto costo laboral", advirtió Sánchez.
Apoyo gubernamental a la iniciativa
A pesar de las preocupaciones planteadas por el sector restaurantero, el alcalde Brandon Johnson ha celebrado la implementación de la nueva medida. Durante una conferencia de prensa el 23 de junio, afirmó: "Mi administración se mantendrá firme en la aprobación de la Ordenanza de Un Salario Justo, no solo porque fue una promesa que hice, sino porque sabemos que fue lo correcto para la gente de Chicago".
La concejal del Distrito 26, Jessie Fuentes, quien fue autora de la ordenanza, también expresó su apoyo: "Significa que las familias que viven en Chicago pueden asegurar que tienen los recursos y el dinero para vivir en la ciudad. Hay personas que viven en mi comunidad a quienes las rentas están subiendo, y si no sube el pago del trabajo, ¿cómo pueden vivir en la ciudad?"