El 18 de diciembre marcará un año desde que Jack Grealish anotó su último gol con el Manchester City, un periodo que refleja la difícil temporada que atraviesa el jugador más caro de la historia del club.
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Para un futbolista que llegó con altas expectativas tras su fichaje por 100 millones de libras en 2021, esta sequía goleadora es más que simbólica; es un recordatorio de los altibajos que ha enfrentado en su etapa con los Citizens.
La falta de efectividad de Grealish no solo lo ha relegado en el equipo dirigido por Pep Guardiola, sino que también lo dejó fuera de la lista de convocados de Gareth Southgate para la Eurocopa 2024. Su rendimiento esta temporada no ha mostrado signos claros de recuperación, ya que ha alternado entre la banca y el once inicial. De los 23 partidos que el City ha disputado en todas las competiciones, Grealish solo ha sido titular en nueve.
Aunque las lesiones han sido un factor en la disminución de su protagonismo, como la lesión en la ingle que lo mantuvo fuera por siete partidos a principios de este año, no son la única explicación. Matheus Nunes, recién llegado al equipo por 53 millones de libras, le ha ganado la partida en el lado izquierdo del mediocampo, mostrando mayor versatilidad y un impacto más inmediato en el juego del City.
La temporada pasada también fue decepcionante para Grealish, quien terminó con más tarjetas amarillas (siete) que participaciones directas en goles (tres goles y una asistencia). Fue titular en solo 10 de los 38 partidos de Premier League y disputó apenas el 40% de los minutos posibles, un registro alarmante para un jugador de su calibre.
A pesar de ser parte del equipo que levantó otro título de Premier League, Grealish no fue protagonista en los momentos más importantes de la temporada. Se quedó en la banca durante los dos partidos decisivos para el título, incluyendo el enfrentamiento final ante el West Ham. Tampoco jugó en la final de la Copa FA, subrayando su pérdida de relevancia en los planes de Guardiola.