La reforma del Camp Nou ha quedado convertida en un insólito ejemplo de promesas vacías e incumplimientos reiterados. A pesar de numerosos anuncios optimistas sobre un retorno inminente al estadio, la directiva del FC Barcelona ha ido posponiendo la fecha una y otra vez.
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Primero se apuntó al regreso para el 29 de noviembre, después anunciaron que para el 10 de mayo, y recientemente se fijó el partido del Gamper el 10 de agosto como fecha límite. Sin embargo, ninguna de estas previsiones se concretó y el regreso al recinto no está claro.
Incluso, una vez finalizada la temporada, tanto el presidente Joan Laporta como la vicepresidenta Elena Fort, encargada del proyecto del nuevo estadio, afirmaron que el regreso al Camp Nou se produciría con motivo del Trofeo Joan Gamper, previsto para el 10 de agosto. Incluso se lanzó una campaña mediática con el lema "Volvemos a casa, volveremos a vibrar", que reforzaba la promesa del esperado retorno.
FC Barcelona seguirá en Montjuïc un tiempo más
Con cada plazo incumplido, la credibilidad de la junta directiva del FC Barcelona se ve cada vez más comprometida. Las promesas reiteradas de un pronto regreso al Camp Nou han ido perdiendo fuerza frente a una realidad que avanza a un ritmo muy diferente al anunciado.
Finalmente, ante este nuevo panorama, y sin un plan alternativo sólido, el Barça contempla seriamente la opción de continuar jugando en el Estadi Olímpic de Montjuïc durante la próxima temporada, ya que regreso a las obras en su habitual casa no estarán listas hasta principios de 2026.
En definitiva, la remodelación del Camp Nou se ha convertido en un "estadio de nunca acabar", tal y como lo señaló el Diario As. Frente a expectativas frustradas y cronogramas fallidos, jugar en Montjuïc se impone como la alternativa más plausible mientras las obras siguen su marcha lenta e incierta.