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En Estados Unidos, la Green Card es un documento fundamental para los inmigrantes, ya que les otorga el derecho de vivir y trabajar de forma legal en el país. Sin embargo, los beneficiarios de la residencia permanente deben cumplir con una serie de normas y responsabilidades. Si incumplen estas reglas, su estatus migratorio puede estar en riesgo, lo que incluso podría llevar a la revocación de la Green Card.
Una de las principales causas que puede afectar la obtención o mantenimiento de la residencia permanente es cometer infracciones de tránsito graves, como conducir bajo los efectos del alcohol o de sustancias ilegales. Este tipo de conductas son consideradas delitos serios en Estados Unidos y pueden tener consecuencias migratorias significativas, incluyendo la cancelación del trámite de residencia.
Además, la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) advierte que si un inmigrante comete un crimen grave, podría ser llevado ante un tribunal de inmigración. En estos casos, el tribunal tiene el poder de decidir si el inmigrante puede permanecer en el país o si debe ser deportado. Los crímenes considerados graves incluyen delitos violentos, tráfico de drogas y fraudes financieros, entre otros.
Las sanciones relacionadas con infracciones migratorias están especificadas en la sección 237 y la sección 212 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA). Estas disposiciones legales detallan las consecuencias que enfrentan los inmigrantes que violan las leyes estadounidenses, y las sanciones pueden variar desde la deportación hasta la prohibición de regresar a Estados Unidos por un tiempo prolongado.
Cometer infracciones no solo pone en riesgo el estatus de residente permanente, sino que también puede bloquear el camino hacia la ciudadanía estadounidense. Para solicitar la ciudadanía, los inmigrantes deben demostrar un buen carácter moral. Cualquier historial delictivo puede ser utilizado en su contra y perjudicar su solicitud de naturalización.