El actual entrenador en jefe de los Los Angeles Chargers, Jim Harbaugh, ha sido nombrado esta semana en una demanda federal presentada en Detroit contra la Universidad de Michigan, en relación con el escándalo de hackeo que involucra a su exasistente Matt Weiss. El caso ha generado una nueva ola de controversia alrededor de Harbaugh, quien dirigía al equipo de fútbol americano universitario en el momento de los hechos y ahora enfrenta cuestionamientos sobre su manejo del personal técnico.
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La demanda señala omisiones graves en el caso de Matt Weiss
De acuerdo con los documentos presentados por los abogados de la demanda colectiva, Weiss, quien fue coordinador ofensivo del equipo de fútbol de Michigan, accedió sin autorización a cuentas personales de estudiantes universitarios, incluyendo redes sociales, correos electrónicos y almacenamiento en la nube. Su objetivo habría sido localizar imágenes íntimas, principalmente de mujeres, en lo que constituye un caso de espionaje digital de gran escala.
Los cargos formales contra Weiss incluyen robo de identidad y acceso no autorizado a sistemas informáticos, y el rango de actividad ilícita se extiende desde 2015 hasta 2023. Se estima que más de 2.000 atletas universitarios y 1.300 estudiantes o exalumnos de múltiples instituciones educativas en EE. UU. fueron afectados por estas acciones. Weiss ha declarado no culpable ante la justicia.
La demanda apunta directamente a Harbaugh y a otros funcionarios, como el director atlético de Michigan, Warde Manuel, por no haber tomado medidas inmediatas luego de que un miembro del personal denunciara haber visto a Weiss manipulando información confidencial en Schembechler Hall, sede del equipo de fútbol, alrededor del 21 de diciembre de 2022. A pesar de esa alerta, Weiss continuó en sus funciones y fue parte del cuerpo técnico que dirigió al equipo en el juego de playoffs contra Texas Christian University el 31 de diciembre.
Los demandantes argumentan que la decisión de mantener a Weiss activo pese a la sospecha de conducta criminal muestra una clara prioridad institucional por el resultado deportivo sobre la seguridad de los estudiantes. “La demora de la universidad en tomar medidas protectoras significativas hasta después de un partido de alto nivel envía un mensaje claro: el bienestar estudiantil fue secundario”, declaró Parker Stinar, abogado principal de la demanda.
Harbaugh niega haber sabido sobre las acusaciones antes del partido
En declaraciones previas realizadas a medios durante el primer semestre del año, Harbaugh afirmó que no tenía conocimiento alguno de las investigaciones contra Weiss hasta después del juego de playoffs. El entrenador calificó las acusaciones como “impactantes” y aseguró que su reacción se dio una vez que tuvo conocimiento formal de la situación.
Sin embargo, la demanda contradice esta postura y sostiene que si Harbaugh hubiera implementado una supervisión básica sobre sus asistentes, los estudiantes afectados podrían haber sido protegidos. El texto del documento legal señala: “En lugar de ello, Weiss fue un activo altamente remunerado que fue promovido dentro del programa de fútbol, desde donde pudo y efectivamente atacó a atletas femeninas”.
El caso ha cobrado mayor atención tras saberse que el computador de Weiss en la universidad estaba equipado con software de encriptación, lo que obligó a las autoridades a solicitar ayuda de un proveedor externo para desactivarlo durante la investigación. En abril de este año, las autoridades revelaron que en los dispositivos de Weiss se hallaron miles de imágenes y videos íntimos almacenados en diversas cuentas digitales.
Weiss, antes de llegar a Michigan en 2021, había trabajado en la NFL junto al hermano de Jim Harbaugh, John Harbaugh, como parte del cuerpo técnico de los Baltimore Ravens, lo que reforzó su perfil como una figura de confianza dentro del entorno del fútbol americano profesional y universitario.
Aunque por ahora Jim Harbaugh no enfrenta cargos penales, su inclusión en esta demanda civil podría afectar tanto su imagen pública como su gestión al frente de los Chargers, franquicia con la que fue contratado para liderar una nueva etapa tras su exitoso paso por el fútbol colegial. La evolución del proceso judicial será seguida de cerca por el entorno de la NFL y podría tener implicaciones de gran alcance para las políticas de supervisión dentro de los programas deportivos universitarios.