Si hay un estadio que se ha convertido en la criptonita estadística del formidable goleador egipcio, Mohamed Salah, ese es Stamford Bridge. A pesar de ser una de las figuras ofensivas más prolíficas de la última década en la Premier League con el Liverpool, el ex-jugador del Chelsea parece sufrir un bloqueo mental o físico cada vez que pisa el césped del sur de Londres.
Los números recopilados a lo largo de su carrera revelan una anomalía estadística que subraya lo inusual de su bajo rendimiento goleador en el feudo Blue.
La anomalía estadística del Bridge
El análisis de los goles marcados por Salah en Stamford Bridge, jugando para sus diferentes clubes, muestra una preocupante tendencia a la baja, especialmente en sus épocas de mayor esplendor.
-Eficacia con el Basilea: Como rival directo con el equipo suizo, Salah demostró una eficacia letal, marcando 2 goles en solo 2 partidos, un promedio perfecto de un gol por encuentro.
-El local silencioso (Chelsea): A pesar de jugar como local y conocer el estadio íntimamente, el faraón solo pudo anotar 2 goles en 9 partidos, la misma cantidad que logró con el Basilea.
-El bloqueo total (Liverpool): La estadística más sorprendente y frustrante para los Reds es que, en 12 visitas como la estrella indiscutible del equipo, Salah solo ha podido perforar la red una única vez. Su promedio con el Liverpool en ese estadio es un bajísimo 0.08 goles por partido.
Más goles como suizo que como red
El dato que verdaderamente captura la magnitud de este "bloqueo" es que Salah ha marcado más goles en Stamford Bridge como jugador del FC Basilea (2 goles) que como la principal amenaza ofensiva del Liverpool (1 gol). Este hecho es catalogado como tremendo en el contexto de su carrera, donde ha ganado múltiples Botas de Oro en Inglaterra. En total, Salah ha disputado 23 partidos en el Bridge, sumando apenas 5 goles.
El fenómeno de Salah en Stamford Bridge es un misterio o una simple racha negativa que se prolonga demasiado en el tiempo. Mientras en Anfield y en el resto de estadios ingleses su promedio goleador lo sitúa entre los grandes, en el Bridge, Mohamed Salah se convierte en un jugador notablemente menos letal.