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La Vinotinto

Rómulo Otero, protagonista entre líneas

Martes, 01 de febrero de 2022 a las 11:12 am

Samuel Aldrey /@SamuelAldrey

Rómulo Otero se asienta en una parcela en los últimos metros y desde ahí hila el juego entre líneas. Además, junta una gran habilidad de controlar el balón entre líneas defensivas del equipo rival para distribuir juego, pocos entrenadores han descrito tan claramente este fenómeno como Johan Cruyff: "Los jugadores con personalidad son aquellos que saben como un autómata lo que debe hacer en cualquier circunstancia y sin parar a meditar la jugada, deben actuar con la pelota de la misma forma que se conduce un auto, sin pararse a pensar lo que se está haciendo".

Poder filtrar un pase entre líneas, hallar a un futbolista capaz de proteger el balón, girarse y atacar la siguiente línea resulta una solución invaluable cuando se enfrenta a defensas cerradas y poco dados a la presión precipitada.  Un recurso que Rómulo Otero maneja de forma automatizada en más de una ocasión y que la Vinotinto extrañaba durante toda la eliminatoria. 

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Así sin ir más lejos una de las principales dificultades del equipo, desde la marcha de Richard Páez, es encontrar otra vez jugadores y entrenadores dispuestos a jugar por los canales interiores y filtrar pases.

Así Yeferson Soteldo (más hacia banda), Luis 'Cariaco' González y Rómulo Otero son la mejor representación de esta idea y ahora José Pékerman encontró en Otero un jugador que lo ejecuta de forma óptima e intentará repetirlo ante Uruguay.

La Vinotinto salta al césped con su ya tradicional 1-4-2-3-1 de extremos abiertos, laterales prudentes a la hora de tomar altura, pero que cuando lo hacen van hasta línea de fondo -como Óscar González- y un interior bien adelantado situado en un escalón distinto al mediocentro. 

Otero en el partido contra Bolivia siempre se ubicó detrás de Rondón y brinda desde su posición centralizada en los canales interiores descarga de pase hacia los extremos: Soteldo y Machís /Conmebol


Esta última figura la representó Rómulo Otero, el 18, ante Bolivia tratando que los pases que la defensa o de Tomás Rincón lanzaran hacia él sirvieran para agrietar la medular y pretendiendo que su amenaza interior concentrara ayudas del rival por dentro para aclarar en banda el trabajo de los extremos.

Otero representó este papel que en más de una ocasión lo llevaría más cerca de Salomón que de Rincón, pues anteriormente siempre debía bajar a sacar la pelota y recorrer 20 metros con ella. Esta vez estuvo más cerca del nueve que del cinco.

Otero ante Bolivia recibió 50 veces el balón y entregó 26 de 27 pases (96% efectividad) y generó cuatro faltas. Todo en una parcela entre las dos primeras líneas de Bolivia. 

Otero en varias jugadas finalizaba cerca o en la medular del área, siempre cerca de Rondón para poder filtrarle pases cuando el contexto lo permitía /Conmebol


Uruguay una defensa más complicada

Sin embargo, este protagonismo que le han dado a Otero será difícil de activar a la espalda de un mediocampo como el de Uruguay, en parte por la proximidad en la que juegan las dos últimas líneas charrúas por la buena labor de Godín, Valverde y Bentancur, por las propias características de los tres atacantes venezolanos (Soteldo, Otero y Machís) y por algún que otro desajuste colectivo a la hora de ejecutar este plan ante un rival cuya presión es más intensa que la de Bolivia. 

No obstante, si la Vinotinto logra encontrar entre líneas a Otero, llegando a la aproximación desde la punta del ataque para descargar de espaldas y tocar hacia Soteldo o Machís e incluso tomar espacio con la portería de frente y poder filtrar balones a Rondón, será un mecanismo que le dará protagonismo al '18', pues Otero tiene la capacidad de ganar la posición por dentro por su habilidad con el cuero y multiplicar las opciones ofensivas de la Vinotinto con disparos de media distancia o pases filtrados. 

De Arrascaeta y Facundo Pellistri quizás no permitirán que Machís y Soteldo cojan una altura tan amplia como contra Bolivia, así la apropiación de Otero del espacio interior entre los centrales y el doble pivote uruguayo -Matías Vecino y Fede Valverde- de Uruguay será crucial para que sea una opción de descarga sin quedar en una posición comprometida, pues si el cuero descansa en los botines de Otero se agrandan las distancias y permite cierto desahogo al conjunto de Pékerman a la hora de lanzar el juego, ya sea al buscar faltas o caer en las espaldas de Valverde para generar la amenaza en profundidad con Machís o Soteldo. Esa será la misión de Rómulo. 

Otero debe ser el autómata con la pelota en el juego ofensivo, el protagonista entre líneas de la selección para hacer daño a Uruguay y dar a Rondón o a Josef las ocasiones predilectas donde ambos delanteros puedan mostrar sus recursos de cara a portería. 

Precisamente, la presencia de Otero en los últimos metros, en esa parcela donde la calidad individual suele marcar la diferencia y donde, en este ocasión, Venezuela tiene pocos argumentos, la especificidad de la técnica de Otero y su movilidad son soluciones autosuficientes que activan en las mediaciones del área los desmarques de los compañeros e invita al pase filtrado hacia la delantera. Salomón Rondón representó en varias ocasiones ese tiempo y esa sincronía necesaria para ejecutar esa jugada (video arriba). Su esfuerzo se vio recompensado con el gol que le valió para sellar su hat-trick y la primera victoria de Pékerman. 

Ahora contra Uruguay, un rival más complejo, Otero tendrá que repetir ese juego entre líneas  y como dice Cruyff: "como conducir un carro y sin pensar demasiado la jugada".

 

 

 

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