El fútbol tiene memoria corta, pero los números de Vinicius Jr. en este 2025 son imposibles de ignorar. Lo que comenzó como el dolor tras el "no Balón de Oro" ha terminado convirtiéndose en una crisis de identidad deportiva y emocional que el Santiago Bernabéu ya no está dispuesto a silenciar.
El gol: un objeto perdido en París
Desde aquella gala en la capital francesa, algo se quebró en el rendimiento del brasileño. Las cifras son demoledoras:
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Sequía actual: Acumula 17 partidos seguidos sin marcar entre su club y la selección de Brasil.
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El cronómetro del silencio: Suma un total de 1,334 minutos sin ver portería (1,116 solo con el Real Madrid).
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Un 2025 desolador: En todo el año natural, Vinicius apenas ha anotado 13 goles con la camiseta blanca, promediando un gol por mes.
Esta temporada, su peso en el equipo se ha desplomado: solo ha aportado el 9% de los goles del Real Madrid (5 de 52). Su promedio goleador es actualmente el más bajo de los últimos cinco años, con un tanto cada 356 minutos.
El "Cliffhanger" del 20 de diciembre
El punto de no retorno ocurrió el pasado sábado en el Bernabéu. Pese a que el equipo logró sobrevivir a un cierre de año convulso, el minuto 83 marcó un antes y un después.
Al ser sustituido, Vinicius (que portaba el brazalete de capitán esa noche) fue despedido con una pitada monumental y mayoritaria. No fue el habitual murmullo de desaprobación; fue un rugido de una afición que parece haber agotado su paciencia ante las actitudes del jugador.
Gasolina al fuego: el conflicto en redes
Lejos de buscar la reconciliación, el brasileño optó por la confrontación digital. En pleno vestuario, tras la bronca de la grada, Vinicius eliminó su fotografía de perfil con la indumentaria del Real Madrid en sus redes sociales. Un gesto que en el entorno del club se interpreta como un desafío directo y que agranda una grieta que ya se compara con el Gran Valle del Rift.
Un 2026 de incertidumbre
El Madrid cierra el año con los deberes hechos en la tabla, pero con un polvorín interno. Lo que el diario AS define como un cliffhanger narrativo deja todas las puertas abiertas para el mercado de verano.
Con el "objetivo reconciliación" como tarea pendiente para enero, el madridismo se pregunta si este es el inicio del fin de la era Vinicius o simplemente el punto más bajo antes de un nuevo renacer.
