La fecha esperada por la Vinotinto y Bolivia ya está apuntada en el calendario. Se trata de ese 6 de junio, día en la que ambos combinados tienen una una final anticipada en las eliminatorias mundialistas de la edición 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
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El duelo está programado en un recinto donde Venezuela no conoce aún el trago amargo de la derrota en este recorrido premundialista y es un dato que esperan seguir manteniendo con una victoria, que les permita sacarle a los bolivianos hasta cuatro puntos de ventaja en la tabla. Hay que recordar que los criollos hoy ocupan la plaza que da acceso al repechaje con 15 puntos, seguido de su próximo rival, que registra 14 unidades.
Todo este contexto le da un marco al partido realmente lleno de mucha expectativa y en el que cada detalle cuenta. Justamente, del lado del conjunto verde hay un tema que ha sido motivo de mucha conversación en ese país porque relaciona a uno de sus mejores jugadores actualmente.
Se trata de Miguel Terceros, el mediocampista que fue incluido en la lista de convocados para el partido, pero del que aún no se tienen demasiadas certezas sí podrá estar disponible para el cotejo, debido al proceso de investigación que presenta el futbolista en Brasil por una presunta agresión racial.
En Bolivia confían que Miguel Terceros esté contra la Vinotinto
El plan en la escuadra boliviana -en la representación de su técnico Óscar Villegas- es que una de sus piezas más importantes del plantel pueda estar disponible para este encuentro. Haberlo incluido en el llamado de 25 jugadores es la principal muestra de esa aseveración.
Sin embargo, aún quedan algunos aspectos por aclarar, que permitan la presencia de Terceros ante Venezuela en Maturín. El principal foco está en manos de la justicia, que investiga al volante tras ser acusado en Brasil de proferir insultos racistas contra un jugador del Operário Ferroviário, conocido como Allano de Souza, en un duelo del club en el que milita (América Mineiro) en la segunda división de este país.
Esto último le llevó incluso a estar detenido en la prisión de Ponta Grossa, a inicios del mes de mayo, lugar donde fue llevado para presentar sus declaraciones de los hechos y luego ser liberado mientras la indagación continuaba.
En este momento, sobre el futbolista boliviano pesa una sanción de cinco partidos en el fútbol brasilero (ya cumplió dos), aunque él sigue negando haber cometido los actos de lo que se le acusa y desde su club presentó un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia Deportiva con la intención de dejar sin efecto el castigo previo.
Por otra parte, corresponde a la justicia brasilera determinar si autorizarán al futbolista para poder salir del país al encuentro con su selección para los juegos ante la Vinotinto y Chile, algo que aún no está claro y es lo que podría impedirle ayudar a su equipo en esta fase clave de las eliminatorias.