Una reciente entrevista con la animadora Viviana Gibelli, fue la oportunidad perfecta para abrir el corazón de Mimí Lazo, quien, por casi una hora de programa, habló de temas delicados que nunca había expuesto, lo que generó que sus ojos se llenaran de lágrimas en varias oportunidades.
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Ayudarse a sí misma, ser feliz, ayudar a las mujeres y subir su autoestima son los objetivos de la venezolana a corto plazo. Pero, ¿Qué esconde el alma de la reconocida actriz? Entre tantos puntos que se pusieron sobre la mesa, estuvo la lucha de Lazo con su hija Sindy, a quien le dio todo a pesar de no contar con la ayuda del padre de la criatura.
La maternidad y el abandono de su padre
La protagonista de “¿Vieja yo?” admitió que, puso todo su empeño para darle a Sindy el amor de padre que nunca recibió, un objetivo que le trajo bastantes problemas, por lo que no quiere que su primogénita siga su camino.
“No quiero que mi hija sea una supermamá, una superamiga, no quiero que Sindy sea nada de lo que yo intenté ser. A esta edad y en este tiempo de mi vida yo estoy reflexionando en la que vida que hice”, señaló.
Entre tanto, aceptó haber sido esa hija que quería ocupar el puesto de sus hermanos y ser la luz de los ojos de su mamá. “Yo le quité responsabilidad a los varones. Yo quería que mi mamá me quisiera a mí más que a nadie. Quería ser el esposo de mi mamá, llevarla a todos los sitios para que fuera feliz, tratar de solventar la ausencia de mi papá”.
En ese sentido, la actriz le tiró flores a su papá, pero lamentó el abandono que sufrió por parte de él. “Era un hombre muy buen mozo, así como Lasso (su sobrino) Tenía muchas mujeres y siempre estaba ausente”, dijo. Al mismo tiempo, confesó que, cuando preguntaba por él su madre decía que estaba en el cine.
Fue esa la razón principal por la que decidió ser actriz, pues soñaba con que su progenitor la viera en las películas que pasaban en el cine. “Mi papá era fascinante como todos los hombres malos”.
El día que Mimí se vendió por su hija
Sobre su rol de madre soltera, Lazo recordó el negocio que hizo con su exesposo, buscando el bienestar y la posición de la única hija que tuvieron en común.
“Yo después me casé con su papá. Hice una negociación, él le daba el apellido a mi hija y se casaba conmigo si yo dejaba la actuación y yo por el apellido y complacer a mi mamá y hermanos, acepté”, aseveró la caraqueña.
“Mira, el esfuerzo que hacen las madres por cumplir con las benditas normal de la doble moral. Yo me vendí por el apellido de mi hija y ella de grande se quitó el apellido de su padre”, añadió.