Nuevamente reviven el drama tras la muerte del actor Matthew Perry, un tribunal federal en Los Ángeles sentenció este miércoles al médico Salvador Plasencia por su implicación en el suministro ilegal de ketamina al actor en los días previos a su sobredosis fatal en 2023.
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El fallo representa el primero en resolverse dentro de una red de cinco personas acusadas de proveer al intérprete sustancias controladas.
Plasencia se declaró culpable en julio de cuatro cargos por distribución de ketamina, una droga frecuentemente usada como anestésico, pero también propensa a abuso, y en septiembre entregó su licencia médica tras admitir haber vendido la sustancia de forma ilegal.
La decisión final para el médico
Durante la audiencia final, el juez enfatizó que, aunque Plasencia quien recibió 30 meses de prisión no suministró la dosis exacta que provocó la muerte del actor, su papel fue clave en mantener el camino hacia el desenlace trágico.
“Usted y otros ayudaron a alimentar la adicción de Perry”, dijo la magistrada, subrayando que la ketamina se vendió “sin ningún propósito terapéutico real”, anteponiendo el lucro a la salud del
El momento en la corte fue duro y emotivo. La madre y el padrastro del fallecido actor expresaron su dolor, acusando al médico de traicionar su juramento de “no hacer daño”.
Salvador, visiblemente quebrado, se disculpó públicamente: “Fallé a Mr. Perry, a su familia, a la comunidad, debería haberlo protegido”. Luego fue arrestado inmediatamente y trasladado a custodia federal.
Otras consecuencias para Salvador
Como parte de la condena, además de la prisión, el profesional enfrentará dos años adicionales de libertad supervisada y una multa de 5.600 dólares.
Pero para muchos, entre ellos familiares, autoridades y defensores de la ética médica, el castigo no solo marca una sanción penal, sino también una señal contundente: la medicina no puede convertirse en un negocio cuando hay vidas en juego.