Al menos para los recientes tres torneos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), Tiburones de La Guaira ha sido de una de las organizaciones más dinámicas en el mercado de cambios de jugadores, todo como parte de un proceso de renovación que salvo los resultados de este certamen 2024/2025, ha sido muy positivo.
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Merece esa calificación por lo conseguido en el trayecto, dos series finales, un título nacional así como su primera coronación en la Serie del Caribe; tras llegar a ese máximo pináculo para su alegre afición fue un duro golpe que este año no se materializase la clasificación.
Es doloroso, pero a modo de consuelo no fueron los primeros monarcas criollos de la región en ser defenestrados tan rápido como en la siguiente competición; ocurrió con Navegantes del Magallanes en su intento de defensa en el 1979/1980, le pasó dos veces a Águilas del Zulia en 1984/1985 y 1989/1990, además de Tigres de Aragua versión 2009/2010.
Por lo acontecido, lo primero que debería venir a lo interno es un profundo análisis de los puntos débiles del equipo este año, así como tal vez, estudiar las estadísticas de aquellos peloteros que sumaron vía cambio, tanto durante el anterior receso como en el transcurso de la temporada. Eso último lo haremos a continuación:
Tiburones de La Guaira, los que llegaron
Aunque pudo generar frustración en algunos guairistas ver cómo Junior Guerra se alzó con el Regreso y Pitcher del Año, Yangervis Solarte cumplió a cabalidad, merece todo el crédito porque aún tras 10 años de ausencia en la LVBP fue capaz de ligar .320 de average, .380 en porcentaje de embasado, .505 de slugging, .885 de OPS, además de que sumó 40 carreras remolcadas, 31 de ellas (el 77.5%) con hombres en posición de anotar.
Su defensiva claro que pudo ser mejor, .948 en porcentaje de fildeo, pero brindó versatilidad por cubrir diversas posiciones.
Gabriel Arias, también quedó a deber desde lo defensivo, .937 de porcentaje, pero estuvo excelso con el bate: promedio de .292, .364 en PEB, .547 de slugging y .911 de OPS. De sus 31 hits, 15 (48.39%) fueron extrabases.
César Hernández, se le trajo por su defensa (ganó un Guante de Oro en Grandes Ligas) y eso aportó, .990 en porcentaje y solo 1 error. No bateó tanto como en sus dos campañas previas en el circuito, pero una línea de .270 en average, .387 en PEB, .483 de slugging y .870 de OPS, es bastante bueno.
Tomás Telis, se sumó este año y en 22 partidos se lució con el madero: .414, .474, .514 y .988, además de 15 impulsadas, 13 (86.7%) con compañeros en posición de anotar. Esa excelencia la complementó con .992 en porcentaje defensivo. Son números que dan carácter de sorpresivo a su rápida salida del equipo.
Pedro Castellanos, durante sus 15 juegos con Tiburones fue demasiado feroz, .393 de promedio, .471 en PEB, .590 de slugging y 1.061 de OPS. Además añadió 15 colegas engomados cuando con Cardenales de Lara tuvo 18 en 21 partidos; fue un gran acierto para la gerencia.
Juniel Querecuto, llegó en el mismo movimiento que el de arriba e igual rindió: .308, .361, .385 y .746; su defensa pudo ser mejor que ese .935.
Pedro Ávila, no le fue bien en lo poco que lanzó: 7.36 en promedio de carreras limpias permitidas, 3.00 de whip luego de 3.2 innings.
Yapson Gómez, definirle como lo mejor del bullpen escualo no es descabellado: en 19.1 episodios dejó 2.79 en efectividad, 0.98 de whip y 5.1 inatrapables en contra por cada 9 tramos.
Pedro García, aceptable aunque con algunos detalles: 3.65 en ERA, 1.78 de whip, 11.7 hits por cada 9 pero 8.8 ponches en promedio.
Mauricio Llovera, caso similar al de García: 5.19 de efectividad, 1.26 en whip, 1.56 en promedio de bases por bolas y 7.27 en el de guillotinados.
Johan López, apenas 6 partidos, pero lo hizo bien: .353 de average, .450 en PEB, .588 de slugging y 1.038 de OPS.
Julio Vivas, en 9.2 entradas recibió castigo: 6.52 de ERA, 1.44 en whip y 10.2 hits por cada 9.