Si un meteoro cayera hoy sobre el calendario de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) y la temporada diera un abrupto cierre, no habría debate: Zac Grotz sería nombrado, sin objeción alguna y con toda probabilidad de forma unánime, como el Pitcher del Año.
El derecho ha demostrado un dominio tan absoluto y estadísticamente robusto que su candidatura trasciende las anécdotas para anclarse firmemente en la analítica avanzada del béisbol. Sus números no solo son los mejores de la liga; son, en muchos aspectos, históricos para el contexto de la LVBP.
Un dominio estadístico impecable
Con 28.1 entradas lanzadas (IP), Grotz ha cumplido con la carga de trabajo de un abridor estelar, pero lo que realmente asombra es la calidad de esas entradas. Su Efectividad (ERA), la medida tradicional de rendimiento, se sitúa en un élite 1.91.
Lo notable es que las métricas de rendimiento independiente de la defensa son igualmente impresionantes, confirmando que su desempeño no depende de la suerte:
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Su FIP (Fielding Independent Pitching) es de 1.97, una cifra que estima su ERA basándose solo en eventos que el pitcher controla (ponches, bases por bolas y jonrones), siendo incluso más baja que su ERA real.
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Incluso su xFIP (Expected Fielding Independent Pitching), que ajusta los jonrones a la media de la liga, es de solo 2.10, lo que sugiere un rendimiento totalmente sostenible y no producto de la casualidad.
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Aún más revelador es su SIERA (Skill-Interactive ERA) de 1.80, una métrica avanzada que valora el tipo de contacto que induce el lanzador y el control, sugiriendo que Grotz está lanzando a un nivel incluso superior al de su Efectividad.
Para rematar este dominio, su Tasa de Ponches (K%) se dispara al 31.1%, lo que significa que Grotz está ponchando a casi uno de cada tres bateadores que enfrenta, una tasa dominante para cualquier liga profesional.
El as bajo la lupa analítica
La convergencia de todas estas estadísticas es lo que solidifica la elección. En el béisbol moderno, la ERA (1.91) es a menudo cuestionada por la influencia de la defensa. Sin embargo, cuando su FIP (1.97), xFIP (2.10) y especialmente su ultra-avanzada SIERA (1.80) se mantienen en el mismo rango o incluso son mejores que su ERA, la conclusión es simple: Zac Grotz no está siendo ayudado por la suerte o una defensa estelar; él es, en sí mismo, un lanzador de élite.
Su impresionante tasa de ponches del 31.1% es la guinda del pastel, demostrando una habilidad consistente para terminar las entradas por su cuenta, minimizando el riesgo de errores defensivos o hits inesperados.
Grotz no solo ha sido el mejor pitcher de la LVBP hasta la fecha, sino que ha sido una anomalía estadística. Ha ofrecido rendimiento tradicional (ERA) con validación analítica profunda (FIP, xFIP, SIERA), todo respaldado por una herramienta de dominio fundamental (K%).
La pregunta ahora no es si Zac Grotz es el Pitcher del Año, sino si algún otro lanzador podrá acercarse a este nivel de perfección estadística antes de que termine la campaña. Hasta entonces, la temporada 2024-2025 de la LVBP pertenece, al menos en el montículo, al indiscutible y dominante Zac Grotz.