El pasado domingo, durante el duelo entre los Yankees de Nueva York y los Cardenales de San Luis en el Busch Stadium de Misuri, el venezolano Yohel Pozo conectó un potente cuadrangular.
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Aunque su equipo perdería por marcador de ocho carreras por cuatro, el receptor despechó un largo tablazo de 404 pies (123,14 metros) de distancia, el cual posee una emotiva historia detrás.
Pozo protagonizó el pasado viernes una visita cargada de emoción al Hospital Infantil Mercy, en un gesto que va más allá del béisbol. Atesorando su propia experiencia, Pozo decidió acercarse a familias que enfrentan largas hospitalizaciones de sus hijos.
"Sé lo que están pasando los padres y los niños, porque yo pasé por lo mismo", declaró conmovido, pues poco después del nacimiento de su hijo Paul, el bebé sufrió múltiples convulsiones que monetizaron una costosa atención médica.
Durante la visita, el marabino invitó a los niños a estampar sus manos pintadas sobre su bate: "Darles una hora de alegría se quedará con ellos toda la vida", manifestó. Dicho bate lo usaría dos días después.
El emotivo jonrón
Precisamente, con aquel bate decorado, conectaría el cuadrangular contra los Yankees. Al correr las bases, Pozo no pudo contener las lágrimas: "Ellos querían que les pegara un jonrón y dije: 'lo voy a intentar'. Cuando vi que fue por encima de la barda, casi estallo en llanto pensando en ellos".
El bate adornado no solo fue pieza clave en el juego, sino que será subastado, y lo recaudado irá directamente al Mercy Children’s Hospital, continuando el gesto solidario de Pozo, quien no solo demuestra ser una figura dentro del campo, sino también fuente de inspiración.