El béisbol de Grandes Ligas presenció un momento sin precedentes en la historia de la postemporada, cortesía del lanzador de los New York Yankees, Cam Schlittler. El joven se convirtió en el primer pitcher en la historia de la MLB en lanzar al menos 8 entradas en blanco y registrar 12 ponches sin conceder ninguna base por bolas en un juego de postemporada.
La inmensidad de la precisión en la presión máxima
La hazaña no solo es notable por las estadísticas puras, sino por el escenario en el que se produjo: un juego de eliminación, donde cada lanzamiento es crucial. Al entrar al partido, el equipo dependía por completo de su abridor para avanzar en la contienda. El dominio de Schlittler fue quirúrgico. A lo largo de 8.0 entradas, no permitió carreras limpias, concedió solo cinco imparables (hits) y, lo más impresionante, mantuvo su cuenta de bases por bolas en cero, todo con 107 lanzamientos.
Esta actuación establece un nuevo estándar de perfección en el béisbol de octubre. Los 12 ponches que registró Schlittler también establecieron un récord de la franquicia de los Yankees para la mayor cantidad de ponches para un lanzador en su debut en postemporada.
A lo largo de más de un siglo de historia del béisbol de Grandes Ligas y sus miles de juegos de postemporada, ningún otro lanzador había logrado combinar tal volumen de entradas, ponches y absoluta precisión. La actuación histórica de Schlittler garantizó el avance de los Yankees a la Serie Divisional y lo insertó inmediatamente en el panteón de las actuaciones legendarias de las Grandes Ligas.