Al lanzar otra salida de calidad en el Yankee Stadium el martes por la noche, Justin Verlander parecía un lanzador por el que valía la pena negociar. O uno que vale la pena mantener. Esa es la decisión que en las próximas horas deben tomar los Mets de Nueva York.
La industria ve a muchos de los jugadores del conjunto de Queens como posibles contribuyentes para uno de los principales contendientes. Un cazatalentos de la Liga Americana, teniendo en cuenta el coste y los contratos, enumeró recientemente a los jugadores más negociables de los Mets como Tommy Pham, David Robertson (ya negociado a los Marlins de Miami), Brooks Raley y Mark Canha. Pero, ¿qué pasa con las perspectivas de Verlander y Max Scherzer?
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Para obtener una mejor comprensión de lo que los cazatalentos y ejecutivos piensan de Verlander (3.24 de efectividad en 15 salidas) y Scherzer (4.20 en 18 salidas) dentro del mercado de intercambio, el prestigioso portal The Athletic recientemente encuestó a cinco evaluadores para conocer sus opiniones.
Si los Mets deciden vender, ejecutivos y cazatalentos de toda la liga ven poco probable un intercambio que involucre a Verlander o Scherzer, principalmente debido a la logística que implica el costo.
A Scherzer se le deben unos 14.5 millones de dólares hasta el final de la temporada. Está programado para ganar 43.3 millones adicionales la próxima temporada a menos que opte por convertirse en agente libre este invierno.
Por su parte, a Verlander se le deben aproximadamente 14,5 millones hasta el final del torneo y otros 43.3 millones para 2024. Tiene una opción de compra de 35 millones en 2025, siempre y cuando lance 140 entradas en 2024 y no sufra una lesión en el brazo derecho que le impida estar en el róster activo para comenzar la temporada de 2025.
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Asimismo, los evaluadores coincidieron en que para atraer a la mayoría de los equipos con ellos dos, los Mets tendrían que pagar al menos dos tercios de los salarios restantes de cualquiera de los lanzadores.
Así, en el caso de Verlander, dado que tiene garantizada la próxima temporada, un cazatalentos de la Liga Nacional opinó que los del Citi Field tendrían que cubrir la cifra de 2023 más una buena parte de la de 2024. Los equipos en esta época del año normalmente no tienen mucho espacio en sus presupuestos. Un ejecutivo dijo: "Puede que a algunos clubes les cueste más. No es para todos".
Incluso después de absorber ese tipo de coste, dos de los ejecutivos advirtieron que Nueva York no podría obtener un rendimiento espectacular. Un ejecutivo del Joven Circuito dijo que algunos equipos a los que se les presentara una propuesta así no se desprenderían de un prospecto entre los 100 mejores. Y añadió: "Tal vez".
"Simplemente no creo que su nivel de habilidad justifique más que eso", dijo un ojeador de la Nacional, "especialmente dada su edad".
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"Son dos y tres; ya no son uno (en la rotación), seguro", dijo un ejecutivo del Circuito Joven. "Pero se les paga como si fueran unos, y ése es el problema".
Otro inconveniente: Ambos tienen cláusulas de no traspaso, lo que dificulta la venta. Los jugadores veteranos a veces utilizan las estipulaciones de no traspaso para influir en un posible nuevo equipo, también tienen en cuenta los problemas familiares y de vivienda a la hora de tomar decisiones.
Un punto de inflexión para algunos peloteros es su capacidad para reconocer cómo un intercambio ayudaría a su organización saliente (la que les paga). Si hubiera una buena relación, por ejemplo, un veterano podría estar más dispuesto a renunciar a su cláusula de no traspaso al ver las perspectivas que su equipo podría obtener a cambio. En cualquier caso, las cláusulas suponen un obstáculo.
Cada vez que se le menciona la idea de la fecha límite para el canje, Verlander sostiene que está comprometido con los Mets y con ganar, y que no firmó con Nueva York sólo por una temporada. Dijo que el gerente general del equipo, Billy Eppler, no le ha hablado de la cláusula de no canje.
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¿Valdría la pena para los Mets traspasar a alguno de los dos?
Por lo que parece, los Mets tienen la intención de competir a un alto nivel en 2024. Incluso si no pueden contar con ninguno de los dos para ser ases el próximo año, se puede argumentar que ambos, junto con Kodai Senga y José Quintana, formarían una rotación formidable si los Mets contrataran a otro brazo de primera línea. De lo contrario, tendrían que pagar un alto costo para intercambiar a Verlander o Scherzer, obtener un retorno decente pero no grandioso y luego tener que pagar para cubrir el puesto perdido en la rotación; su sistema de granjas no tiene a nadie que parezca listo para contribuir a la rotación de manera importante a principios de 2024.
Para mantener alguna esperanza de llegar a los playoffs en 2023, los Mets necesitan que tanto Scherzer como Verlander rindan a altos niveles.
En particular, Verlander ha prosperado recientemente y ha lanzado como un as, contrariamente a lo que sugirió el ejecutivo de la Liga Americana. Para ser justos, los ejecutivos y ojeadores hablaron antes de su última salida. Él puede seguir cambiando opiniones; está pautado para una salida más antes de la fecha límite.
Desde un punto de vista puramente de pitcheo, a los evaluadores les gustó más Verlander, de 40 años, que Scherzer, de 38 años. No es difícil entender por qué. Con Scherzer, los cazatalentos se preocupan por la eficacia de su slider. Él ha tenido altibajos mientras lidiaba con problemas que van desde dolencias menores hasta la suspensión por tener material pegajoso.
Verlander, por su parte, ha lanzado mucho mejor últimamente, pareciéndose al tipo que los Mets ficharon en invierno. Si bien sus bases por bolas han aumentado y sus ponches han disminuido en comparación con sus números habituales, tiene un ERA de 1.98 desde el 8 de junio.
La cosa es que Scherzer podría ser el más fácil de mover de los dos, dada la situación del contrato. Todo esto deja a los Mets con menos incentivos para hacer que funcione algo tan complicado.
Fuente: The Athletic