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Los "perreos" en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) se han convertido en el tema de debate del día a día entre fanáticos, periodistas y seguidores de la pelota invernal criolla, luego del que realizó Maikel García ante Cardenales de Lara en el Estadio Universitario de Caracas (UCV), generando una trifulca brutal.
Sin embargo, esto no es nada nuevo dentro de la disciplina, las celebraciones eufóricas se ven en la mayoría de los circuitos profesionales, la diferencia estaría marcada en la burla o el irrespeto al contrario.
Un claro ejemplo de festejar con su equipo y no cruzar la delgada línea entre la emoción y la burla, es aquel compromiso entre los representantes de Venezuela y República Dominicana en la Serie del Caribe 2022.
Navegantes del Magallanes era quien lucía la bandera tricolor de nuestro país, mientras que Gigantes del Cibao portaba la indumentaria dominicana. En ese cotejo, realizado el 01 de febrero del 2022, la organización dominica se impuso 8-7 en entradas extras.
Dicho encuentro estuvo condimentado con mucha tensión y alegría por parte de las dos novenas, quienes celebraban cualquier tipo de batazo. Las celebraciones particulares comenzaron en el quinto inning con una gran atrapada de José Siri en el jardín central y tras zambullirse, se puso de rodillas y se quitó la gorra para hacer el popular gesto de "quitarse el sombrero", el cual es utilizado para admirar una buena actuación de alguien.
En la parte baja del propio quinto tramo, Siri volvió a ponerse el sello de protagonista con un soberbio estacazo que terminó convirtiéndose en un triple. Al llegar a la tercera almohadilla, José alzó sus manos y empezó a menear las caderas, simulando un verdadero "perreo".
Para la séptima entrada, Venezuela tenía dos corredores en base y Danry Vásquez negoció boleto, al recibir la cuarta pelota mala lanzó el bate y empezó a alentar a sus compañeros, pero siempre con respeto y sin mirar al contrario.
Seguidamente, Balbino Fuenmayor empalmó un doblete productor de par de carreras, una de ellas en las piernas de William Astudillo, que al pisar el plato le devolvió el "bailecito de caderas" a Dominicana, pero nunca volteó hacia el dugout rival.
En el octavo curso, Astudillo sonó el indiscutible que impulsaba la carrera de la igualdad en ese momento. Cuando llegó a la inicial, "La Tortuga" hizo el popular "machetazo" que Magallanes acostumbra a realizar en cada celebración y luego se puso a bailar. Inmediatamente después, Danry Vásquez tronó un sencillo para unirse al particular festejo de los turcos.
Así se desarrolló el emotivo compromiso entre Dominicana y Venezuela, dando cátedra de lo que es vivirse un juego de pelota de la mejor manera, gozando del choque con tu equipo, sin irrespetar al contrario y siempre, pero siempre, sin burlarse del rival.