El uso de dispositivos móviles para fines médicos ha sido una tendencia en crecimiento en los últimos años, y su precisión ha mejorado significativamente.
Los móviles, que contienen sensores precisos y software avanzado, según estudios pueden identificar signos tempranos de ciertas enfermedades, dándoles un seguimiento a los pacientes y proporcionando acceso a la información médica de manera fácil. Estas herramientas pueden ser una fuente de gran ayuda para los profesionales médicos, ya que les permiten recopilar datos de manera continua y personalizada.
Los teléfonos inteligentes han evolucionado mucho en términos de sus capacidades de diagnóstico. Ya no son solo herramientas para el intercambio de mensajes y llamadas, tomar selfies y acceder a RRSS, sino que ahora también están siendo usados por los profesionales de la salud para monitorear la salud de los pacientes.
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La yema del dedo presionada contra la lente de la cámara del celular puede medir la frecuencia cardíaca, mientras el micrófono, colocado junto a la cama, puede detectar apnea del sueño. Algunos fabricantes también están modificando el altavoz para monitorear la respiración utilizando tecnología de sondas.
Los datos recopilados por estos dispositivos se transmiten de manera remota a un profesional médico, para mayor comodidad del paciente o, en algunos casos, para ayudar a un médico sin necesidad de utilizar hardware costoso.
Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer en cuanto al uso de teléfonos inteligentes como herramienta para el diagnóstico de enfermedades. Aunque algunos médicos y pacientes han tenido cierto éxito en implementar el teléfono como dispositivo médico, no hay mucho potencial por descubrir.
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Expertos en el tema advierten que se debe tener cuidado al utilizar este tipo de herramientas en situaciones críticas, ya que aún falta mejorar la precisión y fiabilidad de estos dispositivos.
En definitiva, la tecnología ha puesto en nuestras manos un poderoso instrumento de diagnóstico en forma de móvil.