NOTAS RELACIONADAS
La comunidad internacional celebra lo que muchos califican como un hecho sin precedentes: la firma del plan de paz definitivo para Gaza, un acuerdo que podría marcar el inicio de una nueva etapa en Oriente Próximo. La cumbre, celebrada en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, contó con la participación de Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía, países que desempeñaron un papel clave como mediadores.
Aunque el encuentro reunió a importantes representantes internacionales, ni Israel ni Hamás estuvieron presentes en la firma. Pese a ello, Trump defendió el pacto como el inicio de una “era dorada para Israel y Oriente Próximo”. El mandatario pronunció estas palabras durante su visita al Parlamento israelí, antes de viajar a Egipto para formalizar el acuerdo junto a las naciones mediadoras, su discurso fue recibido con esperanza, pero también con cautela por parte de analistas y líderes regionales.
El pacto incluye medidas humanitarias que buscan aliviar las tensiones en la región, este lunes, Hamás completó la entrega de los últimos 20 rehenes israelíes que permanecían cautivos, marcando un avance significativo en el proceso de pacificación. A cambio, Israel inició la liberación progresiva de hasta 2.000 presos palestinos, muchos de ellos con años de detención, dicha operación fue seguida por miles de ciudadanos desde Tel Aviv, donde las imágenes de los reencuentros emocionales llenaron las pantallas públicas.
Durante la jornada, Donald Trump fue el centro de atención, muchos observadores calificaron la conferencia como un acto diseñado para reforzar su liderazgo internacional. Sin embargo, incluso sus críticos reconocen que su intervención fue decisiva para destrabar el proceso de negociación. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien no asistió a la cumbre, agradeció públicamente los esfuerzos del presidente estadounidense y calificó el día como “histórico para Israel y la región”.