Las ardillas son criaturas adorables y enérgicas que pueden captar la atención de quienes buscan una mascota poco convencional. Sin embargo, tener una ardilla en casa implica una serie de cuidados y desafíos específicos que es crucial conocer antes de tomar la decisión de adoptarlas.
Legalidad y Permisos
Antes de considerar tener una ardilla como mascota, verifica la legalidad en tu área. En muchos lugares, se requieren permisos especiales o incluso está prohibido tenerlas como mascotas debido a regulaciones de vida silvestre.
Alimentación Adecuada
Las ardillas, especialmente las crías, necesitan una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, nueces y semillas. En algunos casos, también es recomendable añadir suplementos de calcio y proteínas para asegurar un desarrollo saludable. Una alimentación adecuada es clave para su bienestar.
Espacio y Hábitat
Crear un ambiente seguro y adecuado es fundamental. Las ardillas son animales ágiles que requieren un hábitat amplio donde puedan moverse y escalar. Opta por una jaula grande o un espacio cerrado en tu hogar, complementado con ramas, juguetes seguros y una rueda grande para ejercitarse. La estimulación constante es esencial, ya que pueden aburrirse fácilmente y desarrollar comportamientos destructivos.
Interacción y Socialización
Aunque son independientes, las ardillas necesitan atención diaria para formar un vínculo con su cuidador y mantenerse socializadas. Es importante manejarlas con paciencia y suavidad, ya que pueden morder si se sienten asustadas o amenazadas.
Compromiso a Largo Plazo
Ten en cuenta que las ardillas tienen una esperanza de vida de entre 10 y 20 años. Esto significa que adoptar una ardilla es un compromiso a largo plazo que requiere dedicación y recursos.
Limpieza y Salud
La limpieza del espacio es vital para la salud de tu ardilla. Asegúrate de limpiar frecuentemente su jaula y proporcionar agua fresca en todo momento. Además, es recomendable llevar a tu ardilla a un veterinario especializado en animales exóticos para chequeos regulares.