Jon "Bones" Jones volvió a demostrar por qué es considerado uno de los mejores de la UFC.
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Con una actuación memorable en el Madison Square Garden, Jones defendió exitosamente su título de peso pesado al vencer por TKO en el tercer asalto a Stipe Miocic, un excampeón cuya trayectoria lo posiciona como uno de los mejores de la historia.
Desde el inicio, Jon Jones dejó claro que venía a imponer su superioridad. Con una derecha potente, comenzó a medir al croata, seguido de una patada al cuerpo que marcó el tono de la pelea.
El segundo asalto trajo un Miocic más competitivo. Aunque el croata logró cruzar golpes con Jones y resistir la presión inicial, el control del centro del octágono y el castigo constante al cuerpo de "Bones" terminaron mermando su resistencia.
El desenlace llegó en el tercer asalto, con una espectacular patada giratoria al hígado que dejó a Miocic tendido en la lona. “El hígado es el hígado”, dijo Jones tras el combate, subrayando la importancia de ese golpe que puso fin a la noche de su rival.
Adiós de Miocic, dudas para Jones
La pelea marcó el cierre de una era para Stipe Miocic, quien anunció su retiro tras el combate. “Él es muy duro, sabía que estaba peleando con el mejor de todos los tiempos. He acabado, me voy, me retiro”, declaró el croata.
Por otro lado, Jon Jones, lejos de confirmar su retiro, dejó la puerta abierta a futuras peleas. En declaraciones tras su victoria, el campeón expresó: “He decidido que quizá no me retire. Tengo un par de conversaciones con Dana y Hunter. Puede que consigáis lo que queréis ver”. Estas palabras encendieron las expectativas de los fanáticos, especialmente con Tom Aspinall, campeón interino, observando desde la primera fila.