La administración del presidente Donald Trump está intensificando sus esfuerzos para deportar a migrantes venezolanos a naciones de África, un movimiento que ha generado reacciones mixtas y desafíos diplomáticos. Nigeria, uno de los países africanos involucrados, ha rechazado aceptar a estos migrantes, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad de esta estrategia.
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Nigeria se opone a las deportaciones
El ministro de Relaciones Exteriores de Nigeria, Yusuf Tuggar, expresó su postura en una entrevista reciente, afirmando que "será difícil para Nigeria aceptar presos venezolanos". Este comentario se produjo después de que Trump sugiriera en una reunión con líderes africanos que estos países deberían acoger a migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos, algunos de los cuales provienen directamente de instituciones penitenciarias.
Tuggar también mencionó que Estados Unidos está utilizando tácticas de presión, como la amenaza de altos aranceles al bloque de los BRICS, del que Nigeria forma parte, para forzar la aceptación de estas deportaciones.
Presión diplomática de Estados Unidos
La reunión en la Casa Blanca entre Trump y los presidentes de cinco países africanos: Gabón, Guinea-Bisáu, Liberia, Mauritania y Senegal fue un intento claro de consolidar apoyo para su política de deportaciones. Aunque el presidente de Guinea-Bisáu confirmó que Trump abordó el tema, también aclaró que no se les pidió explícitamente "aceptar a los inmigrantes".
Este enfoque se enmarca dentro de una estrategia más amplia de la administración Trump para combatir la migración irregular, que ha incluido la deportación de cientos de personas a terceros países como Panamá, El Salvador y Sudán del Sur.
Un cambio en la política migratoria
Las deportaciones a terceros países son un componente clave en la campaña de Trump contra la migración irregular. La administración ha implementado medidas drásticas para reducir el número de migrantes que ingresan a Estados Unidos, y esta nueva táctica hacia África es un reflejo del compromiso de Trump con su agenda migratoria.
Sin embargo, la resistencia de países como Nigeria podría complicar los planes de la administración y generar tensiones diplomáticas adicionales. La propuesta de Trump para deportar migrantes venezolanos a países africanos enfrenta un fuerte rechazo por parte de naciones como Nigeria. A medida que la administración continúa buscando nuevas estrategias para abordar la migración irregular, el éxito de estas iniciativas dependerá en gran medida de la cooperación internacional y la voluntad de otros países para aceptar a los deportados.