Después de meses de intensos combates, negociaciones estancadas y una crisis humanitaria que ha sacudido a la comunidad internacional, el conflicto entre Israel y Hamás entra en una nueva etapa.
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Las alertas diplomáticas se disparan y las tensiones internas en el gobierno israelí se hacen más evidentes. En este contexto, una decisión histórica acaba de ser confirmada: Israel ocupará de forma inmediata la Franja de Gaza.
Israel anuncia ocupación total de Gaza: ¿inicio de una nueva guerra abierta?
Un alto funcionario israelí reveló al Canal 12 que la orden ya fue tomada y no tiene marcha atrás. Según fuentes cercanas al primer ministro Benjamin Netanyahu, el objetivo principal de esta maniobra es derrotar definitivamente a Hamás, rescatar a los rehenes que aún permanecen en poder del grupo y eliminar cualquier amenaza proveniente del enclave palestino.
Israel ya controla alrededor del 75 % del territorio gazatí, pero ahora se prepara para avanzar sobre las zonas más densamente pobladas, donde se presume que podrían estar escondidos altos mandos de Hamás y civiles israelíes secuestrados. Esta ofensiva marcaría el inicio de una ocupación total y prolongada del territorio.
Crecen las tensiones dentro y fuera de Israel
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante el inminente avance militar. Naciones Unidas y organizaciones humanitarias han advertido sobre el peligro de una catástrofe humanitaria, con miles de desplazados, falta crítica de alimentos, agua potable y servicios médicos. Se estima que más del 90 % de los hospitales de Gaza han colapsado.
Dentro de Israel, la decisión ha generado divisiones incluso entre mandos militares. Algunos altos oficiales han advertido que una ofensiva a gran escala podría poner en riesgo la vida de los rehenes, estimados en unos 50, de los cuales solo una veintena seguirían con vida.
Un cambio de paradigma con implicaciones legales
La ocupación formal de Gaza supondría un giro radical respecto a la retirada israelí de 2005. Ahora, con un control militar directo del territorio, se abren interrogantes legales sobre la posible violación de normas internacionales, especialmente por el desplazamiento forzoso de civiles y el bloqueo de la ayuda humanitaria.
Israel, sin embargo, parece decidido a avanzar. El gobierno insiste en que la seguridad nacional está por encima de todo. Así, comienza una fase decisiva del conflicto, con consecuencias impredecibles para la región y para millones de personas atrapadas en medio de la guerra.