La legendaria figura musical, Eddie Palmieri, falleció el 6 de agosto en su hogar en Nueva Jersey, a los 88 años, tras una prolongada enfermedad.
NOTAS RELACIONADAS
Su deceso marca el cierre de una trayectoria revolucionaria que dejó canciones icónicas, premios memorables y una influencia eterna en la música latina global.
Eddie Palmieri: Una carrera de innovación y ritmo
Nacido en Spanish Harlem el 15 de diciembre de 1936, de padres puertorriqueños, Palmieri comenzó a destacar desde joven por su audacia musical. A los once años ya tocaba en recitales y organizó su primera orquesta con solo catorce.
En la década de 1950 incursionó en orquestas como las de Tito Rodríguez, antes de fundar La Perfecta en 1961, una banda que innovó el sonido de la salsa al sustituir trompetas por trombones, dando nació a un estilo poderoso y distintivo.
Su enfoque artístico se enriqueció con fusiones de jazz, funk, soul y letras con conciencia social. En 1971 lanzó “Harlem River Drive”, una obra política y musicalmente seguida en 1974 por “The Sun of Latin Music”, el primer álbum latino en ganar un Grammy.
A lo largo de su vida, Eddie se alzó con una impresionante cantidad de Grammys, ocho según algunas fuentes, diez según otras y, recibió homenajes de entidades como el Smithsonian y Yale, además de ser nombrado National Endowment for the Arts Jazz Master.
Sus 5 éxitos inmortales
Su legado incluye canciones y álbumes que se convirtieron en himnos. Entre los más memorables están:
- “Azúcar Pa’ Ti” (1965) – Una descarga de sabor puro, emblemático de su estilo e incluido en el Registro Nacional de Grabaciones de EE. UU. por su valor cultural.
- “Harlem River Drive” (1971) – Una combinación audaz de política y ritmo que fusiona funk, soul, jazz y salsa.
- “The Sun of Latin Music” (1974) – Álbum pionero ganador del primer Grammy latino, que marcó su carrera.
- “Vámonos Pa’l Monte” (1971) – Tema en colaboración de su hermano Charlie Palmieri y símbolo de su pureza artística.
- “Justicia” (1969) – Disco conceptual con mensajes sobre desigualdad y justicia social, que profundiza su compromiso político.
El también conocido como “Loco de la salsa” no solo fue un maestro en el piano y los arreglos, sino también un puente entre generaciones. Produjo y presentó artistas como La India, colaboró con Tito Puente y fue embajador de la música latina en el mundo, llevándola a escenarios de Asia, África, Europa y más.