Casi 400 jugadores nacidos en Cuba han visto acción en el mejor béisbol del mundo desde que Esteban Bellán debutó por allá en 1871 con los Troy Haymakers de la National Association. Los años siguientes, los cubanos lideraron en cantidad y calidad, pero dicha influencia comenzó a desaparecer cuando en 1961, se eliminó en la isla el béisbol profesional.
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No obstante, en la temporada de 1967, los antillanos llegaron a tener 30 jugadores en los roster iniciales de los equipos de Grandes Ligas.
En la década de los ochenta del pasado siglo luego de los retiros de luminarias como Luis Tiant, José Cardenal y Bert Campaneris, la presencia antillana desapareció con la excepción de dos hijos de exiliados que crecieron en Estados Unidos, Rafael Palmeiro y José Canseco. El regreso de jugadores cubanos a Grandes Ligas provenientes desde la isla se incrementó a partir de la década de los 90.
Con más temporadas
La isla caribeña ha contado con grandes representantes como Martín Dihigo, Minnie Miñoso, Camilo Pascual y Rafael Palmeiro. Sin embargo, sería el Hall of Fame Tony Pérez, el pelotero cubano cuyo trajinar en Las Mayores duró al menos 23 temporadas.
Pérez debutó con los Rojos de Cincinnati en 1964. Durante ese año no contó con mucha participación. Solo vio acción en 12 encuentros, donde conectó dos inatrapables, recibió nueve ponches y bateó para .080 de promedio.A su siguiente año bateó para .260 en 104 juegos jugados. Conectó 12 cuadrangulares, 73 incogibles, impulsó 45 y anotó 40.
Fue parte de la llamada “Maquinaria Roja” de los años setenta. Lograron proclamarse campeones de Grandes Ligas en dos oportunidades (1975-1976). Ese equipo contaba con jugadores como Johnny Bench, Joe Morgan, ken griffey sr (padre), David Concepción, Bernie Carbo y el rey del hit, Pete Rose.
Fue siete veces elegido al Juego de Estrellas y fue votado Jugador más Valioso de este evento en 1967. El partido, jugado el 11 de julio de 1967, en el Anaheim Stadium, fue a 15 innings y figura como el más largo Juego de las Estrellas en la historia. Fue el jonrón de Pérez contra el también futuro Salón de la Fama, Catfish Hunter, que dio a la Liga Nacional la victoria.
El inicialista se retiró en 1986 con el equipo de sus amores, los Rojos de Cincinnati, luego de tener pasantías por Expos de Montreal, Medias Rojas de Boston y Filis de Filadelfia. Tony Pérez dejó promedio de .279, con 2732 incogibles, 379 cuadrangulares, 1652 carreras impulsadas, 1272 anotadas, 925 boletos y 1867 ponches.