Cada año, España se enfrenta a dos cambios de hora: uno en primavera, cuando se adelantan los relojes para adoptar el horario de verano, y otro en otoño, que implica atrasar los relojes para volver al horario de invierno. El cambio de hora de este 2025 se llevará a cabo en la madrugada del 25 al 26 de octubre, momento en el que a las 3:00 horas se deberá retroceder a las 2:00 horas. Aunque en 2018 se planteó la posibilidad de suprimir estos cambios en la Unión Europea, aún no se ha tomado una decisión definitiva.
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Cada vez son más las voces que abogan por mantener un horario fijo durante todo el año. Argumentan que existen motivos poderosos, especialmente relacionados con la salud, que justifican esta postura. Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford refuerza esta idea, sugiriendo que la eliminación del cambio de hora podría tener beneficios significativos para la salud pública.
Impacto en la salud: Menos ictus y obesidad
La investigación, publicada en la revista *Proceedings of the National Academy of Sciences* (PNAS), comparó tres políticas horarias: horario estándar permanente (invierno), horario de verano permanente y el actual sistema de cambio bianual. Los resultados indican que mantener un horario estándar permanente podría prevenir aproximadamente 300,000 casos de ictus al año y reducir en 2.6 millones el número de personas con obesidad en comparación con el sistema actual.
Un paso adelante hacia el horario permanente
Juan Antonio Madrid Pérez, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Cronobiología en la Universidad de Murcia, destacó que el estudio aborda el efecto del horario oficial durante todo el año. A pesar de que los cambios estacionales han sido cuestionados por sus efectos negativos sobre la salud, este estudio va más allá al evaluar qué sucedería si se adoptara un horario fijo. Las conclusiones apuntan a que el horario estándar permanente sería la opción más saludable para la mayoría de la población.
Aunque el estudio no es concluyente y asume condiciones ideales de luz, proporciona una base científica sólida para el debate sobre el futuro de la política horaria. Expertos coinciden en que aunque no resuelve la controversia sobre el cambio de hora, ofrece evidencias interesantes que merecen ser consideradas en la discusión sobre un posible horario fijo.