Un grave ciberataque masivo afectó a varios aeropuertos clave en Europa, provocando caos con retrasos y cancelaciones significativas de vuelos. La madrugada del viernes, los sistemas de facturación y embarque de los aeropuertos de Bruselas, Heathrow (Londres) y Berlín-Brandeburgo sufrieron una interrupción severa, atribuido a un ataque informático dirigido a la compañía estadounidense Collins Aerospace, proveedor global de estos servicios en aeropuertos.
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Este incidente también ha tenido repercusiones en España, impactando aeropuertos de Madrid y Barcelona debido a vuelos conectados con las terminales afectadas directamente.
Collins Aerospace confirmó a través de un comunicado que el problema se originó en su software Muse, que facilita el uso compartido de mostradores de facturación y puertas de embarque entre diferentes aerolíneas en un mismo aeropuerto. La interrupción afectó la facturación electrónica y la entrega de equipaje; como resultado, las operaciones se han visto forzadas a realizarse en papel, causando demoras considerables. Destaca que solo British Airways ha podido continuar con sus operaciones normalmente gracias a contar con un sistema alternativo propio para facturación y embarque.
Mientras que el aeropuerto de Bruselas reconoció abiertamente la naturaleza cibernética del ataque calificándolo de grave impacto en el calendario de vuelos, los aeropuertos de Heathrow y Berlín comunicaron la existencia de un "problema técnico" relacionado con ese proveedor sin mencionar explícitamente un ciberataque.
Contexto y posibles motivaciones del ataque
Collins Aerospace no solo provee sistemas para aeropuertos, sino que también tiene una fuerte vinculación con la industria aeroespacial y de defensa a nivel global. Recientemente firmó un contrato con la Agencia de Comunicaciones e Información de la OTAN para suministrar un software avanzado para planificación de guerra electrónica y gestión de batallas, que incluye funciones para visualizar amenazas electromagnéticas y coordinar el uso de inhibidores y sensores. Esta alianza con la OTAN se produce en un momento de intensificación de tensiones y rearme entre la Alianza Atlántica y Rusia, con recientes incursiones aéreas rusas en territorios de países miembros.
Las fuentes belgas indican que el ataque contra Collins Aerospace fue probablemente un ransomware, un tipo de malware que bloquea los archivos y pide rescate, atribuido al grupo Locky Locker. Sin embargo, no ha habido reivindicación oficial de autoría ni confirmación directa, dejando el origen y motivaciones del ataque todavía sin esclarecer. La importancia estratégica de Collins Aerospace y su vinculación con la OTAN hace que este ciberataque pueda ser interpretado dentro del marco de la guerra informática vinculada a conflictos geopolíticos actuales, afectando no solo la seguridad sino la operativa civil en múltiples aeropuertos europeos.
Este grave episodio pone en evidencia la vulnerabilidad de infraestructuras críticas ante ciberataques sofisticados, la necesidad de reforzar la ciberseguridad y las implicaciones que tienen las tensiones internacionales en la seguridad aeroportuaria global. Hasta ahora, la gestión manual del check-in ha sido la medida para mitigar el impacto, pero persiste la incertidumbre sobre futuras afectaciones y posibles medidas legales o de defensa contra los responsables del ataque.
Este incidente recuerda la importancia de la cooperación internacional en ciberseguridad para proteger infraestructuras críticas de transporte que son vitales para la movilidad global y la seguridad nacional de los países afectados .