El Super Bowl LIX, programado para el 9 de febrero de 2025 en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad. Este enfoque intensificado es una respuesta directa al trágico ataque ocurrido el 1 de enero en Bourbon Street, donde un veterano del ejército embistió con un camión a una multitud, causando 14 muertes y numerosos heridos.
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La NFL, en colaboración con agencias locales, estatales y federales, ha revisado y fortalecido sus planes de seguridad para el evento. Cathy Lanier, directora de seguridad de la NFL, afirmó que la liga confía plenamente en sus estrategias para garantizar la seguridad de todos los asistentes.
Estrictas medidas de seguridad
Los asistentes al Super Bowl notarán una presencia policial más destacada en comparación con ediciones anteriores. Se desplegarán miles de agentes de diversas agencias para asegurar el perímetro del estadio y las áreas circundantes. Además, se implementarán puntos de control en torno al French Quarter para monitorear y controlar el flujo de personas.
A pesar de que no se han identificado amenazas creíbles desde el ataque de Año Nuevo, las autoridades han obtenido apoyo adicional de las fuerzas del orden y han mejorado los planes de intercambio de inteligencia. El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, ha extendido el estado de emergencia para reforzar los recursos de seguridad durante el evento.
La NFL y las autoridades locales han estado trabajando en colaboración durante los últimos dos años para desarrollar planes de seguridad integrales. Estas sesiones de planificación continuarán hasta el día del evento, asegurando que todos los asistentes tengan una experiencia segura y agradable en el Super Bowl.