La Selección Brasileña, tradicional potencia del fútbol mundial, atraviesa una de sus peores rachas en las últimas décadas. Desde la conquista de la Copa América 2019, el equipo brasileño ha encadenado una serie de resultados adversos que han puesto en duda su hegemonía en el continente y su capacidad para competir al más alto nivel.
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La lista de derrotas y eliminaciones prematuras es extensa y preocupante. Todos los aficionados y directivos de la "Canarinha" esperan que esto puede cambiar, pero hasta ahora, no hay indicios de su resurrección.
Años de fracasos y decepciones
- Derrotas ante rivales históricos: La derrota ante Argentina en la final de la Copa América 2021 en el Maracaná fue un golpe durísimo para el orgullo brasileño. A esto se suman las derrotas ante Uruguay, Colombia y Paraguay, equipos a los que tradicionalmente Brasil dominaba.
- Eliminaciones en fases decisivas: La eliminación en cuartos de final del Mundial de Qatar 2022 a manos de Croacia, así como las eliminaciones en los mundiales sub-20 y sub-17, evidencian una crisis que se extiende a las categorías inferiores.
- Pérdida de invictos históricos: La derrota ante Argentina en el Maracaná puso fin a una racha invicta como local en Eliminatorias Sudamericanas, lo que representa un golpe al autoestima del equipo y de la afición.
- Mal desempeño en las Eliminatorias: Los malos resultados en las Eliminatorias Sudamericanas, con una cantidad récord de goles recibidos y un quinto lugar en la tabla, ponen en riesgo la clasificación para el Mundial de 2026.
¿Cuál es el futuro de la "Canarinha"?
La crisis del fútbol brasileño es un desafío que requiere una solución integral y a largo plazo. Es necesario un profundo análisis de las causas de los problemas y la implementación de medidas concretas para revertir la situación.
Entre las medidas que podrían adoptarse son: establecer un proyecto deportivo a largo plazo, fortalecer las categorías inferiores, modernizar la gestión de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y establecer una nueva gestión para la Absoluta de Brasil, con un entrenador que transmita confianza en el vestuario.