Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
Xavi Hernández (Terrassa, 41 años) será la aguja, la intravenosa y el suero para un equipo enfermo. El Barcelona se encuentra en terapia intensiva con 20 jugadores lesionados, marchando noveno en la LaLiga, sin juego, sin resultados y endeudado.
Xavi, presentado hoy como nuevo director técnico, pretende ser un parche, una cura. Pero el Barcelona tiene un hueco enorme que difícilmente se pueda tapar simplemente con un nuevo técnico. El desafío de Xavi es herculano y su primera tarea es sanear el espíritu de un equipo abatido.
En su primer contacto con la plantilla solo podrá contar con seis jugadores del primer equipo entre las bajas por compromisos internacionales y los heridos. Lenglet, Umtiti, Mingueza, Riqui Puig, Luuk de Jong e Iñaki Peña son los que tiene disponibles. El resto está inhabilitado. Serginho Dest sufre de una lumbalgia, Nico (una de las perlas) sufrió molestias en el último partido ante el Celta. Un Barça roto es lo que recibe Xavi.
La serenidad no será compañera del nuevo técnico culé que llega consciente de la situación: "Sé que no llego en el mejor momento de la historia de este club”, expuso Xavi a su llegada a Barcelona; “tendremos que trabajar duro desde el minuto uno, ya que debemos luchar por todo. Este es el ADN del club. Quiero jugar bien y conseguir el éxito”.
Un éxito que espera conseguir a través de su innegociable estilo heredado de Johan Cruyff, Pep Guardiola y Luis Enrique. Su escudo es la presión alta sobre el rival, su bandera la pelota para someter a su rival desde la recuperación en campo rival.
Pasar 15 veces debajo del arco.
Ter Stegen ha entrado al arco a sacar la pelota demasiadas veces esta temporada. El equipo aún no logra ganar fuera de casa ( Villareal, Getafe y Levante le acompañan en esta estadística). Además, tiene serias dificultades para dejar la portería cerrada, solo lo ha hecho en cuatro de 12 encuentros algo que no sucedía desde hace tres años.
El Barcelona solo ha logrado marcar 19 goles en la competición y ha encajado 15 tantos, 15 veces que la pelota paso el arco de Ter Stegen para pedirle que la saque de las redes y la devuelve al círculo central. Este fin de semana contra el Celta tuvo que hacerlo tres veces (3-3) en un partido que iban ganando cómodamente.
Unos números que añoran el pasado y que le hacen deambular por debajo del ecuador de la tabla en la novena posición. El abismo también lo envuelve en la Champions, donde un par de palizas (0-3 frente al Bayern y 3-0 contra el Benfica) y un solo logro vencer: al Dinamo de Kiev por la mínima en los dos envites le exige imponerse al Benfica. Xavi tendrá poco tiempo de engranar sus ideas con un equipo desanimado.
“En la segunda parte nos olvidamos de jugar al fútbol. Nos falta un poco de personalidad y somos los jugadores los que tenemos que cambiar”, expuso con amargura Frenkie De Jong tras el empate ante el Celta. Este ambiente decaído es otro de los obstáculos que deberá parchear Xavi.
Sanar la enfermedad.
Desde el inicio de la temporada el Barcelona ha sufrido un bombardeo nuclear en su plantilla. La radiación tras la caída de esas bombas deja 20 lesionados y 14 de ellas han sido por dolencias musculares- La cronología de estas lesiones y la recuperación de los jugadores la comparte el diario ABC de España.
Están recuperándose Piqué (sobrecarga en el sóleo de la pierna derecha); Eric García (sóleo de la pierna derecha), Fati (bíceps femoral izquierdo) y Dest (lumbalgia), Sergi Roberto (elongación en el cuádriceps del muslo derecho); Pedri (lesión en el cuádriceps de la pierna izquierda); Dembélé (elongación en el semimembranoso del muslo izquierdo); Kun Agüero (arritmia cardiaca, en tres meses se verá si puede volver a jugar); Braithwaite (operación de rodilla). Es lo que dejan los imnumerables informes médicos que pública en club a través de sus redes y recopila el diario catalán.
El dato preocupa a Xavi, que aspira a remodelar el área médica en cuanto le dejen, pues sin jugadores sanos difícilmente pueda remediar el rumbo de un equipo completamente desgarrado en músculo y en espíritu.
Promesa de nuevos fichajes.
Así con la plantilla tan recortada a Xavi solo le quedan dos opciones: fichar o subir jugadores al primer equipo. El fin de semana pasó del aeropuerto de Barcelona al Johan Cruyff para ver a las categorías inferiores. Allí hizo su primer ojeo de la materia prima que deberá explotar durante su estadía en el club.
Mientras, la opción de fichar es otra historia. Palco23 reporta que la deuda del Barcelona asciende a los 1350 millones de euros. El equipo está con las arcas vacías y con LaLiga respirándole al cuello ante cada euro gastado. Pero aquello no asusta a Joan Laporta que anuncia sin tapujo que se harán tres fichajes en invierno.
Necesita el presidente capitalizar el club para fichar pese a la miseria y la única forma que tiene ahora para obtener liquidez es vendiendo. Samuel Umtiti, Philippe Coutinho y Luuk De Jong están más en la puerta que en la plantilla. Ellos le darían al Barcelona la capacidad de traer nuevas piernas, porque ya pedir prestado a Goldmand Sachs no es viable.
Tan enorme es el hueco económico del Barcelona que el despido de Ronald Koeman, valorado en 12 millones de euros por el diario Sport, hizo al Barcelona negociar con el Al Sadd una forma de abonar los cinco millones del traspaso de Xavi. Un rompecabezas financiero armó Laporta para pagar un traspaso que no tenía en sus planes.
Pero para el aficionado Xavi es para la afición la cura, la intravenosa y el suero para este equipo enfermo. Su conocimiento del club, su amor a los colores y el fútbol que desplegó con sus tacos puestos son el elixir que necesitaba el aficionado que hoy 10.000 gargantas le agredecían con aplausos su retorno. Ahora las riendas del equipo son suyas.