Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
El Barcelona ya ha cerrado el fichaje de Xavi Hernández para ser el hombre que dirija la plantilla culé. Se despidió hoy de todos los miembros del Al-Sadd. Xavi regresa al Barcelona, los azulgranas necesitan de la tecnocracia de orden, de una filosofía y de un estilo. Él pretende devolver al equipo todas esas características.
Xavi tenía 11 años cuando llegó al Barcelona. Chiquito, con el cabello cortado por la mitad, tímido y escuálido. En la Masía su padre, Joaquim, le dijo: “abre bien los ojos para aprender”.
Aquel niño que viajaba en ferrocarril de Terrassa a Barcelona, se acabó convirtiendo en un hombre de club, tan fiel al escudo que se retiró 24 años después, a los 35, y sin haberse enfundado ninguna otra camiseta más que la de la selección española.
Y lo mejor de todo sus ojos nunca se cerraron. En esos 35 años que estuvo en el club dentro de la cancha su mirada hallaba caminos que hacían viajar la pelota por lugares inesperados. Lugares que solo él veía, espacios baldíos para que sus compañeros llegaran al gol. Todo esto lo aprendió abriendo los ojos como jugador.
Después de su retiro se fue a Qatar donde se estrenó como entrenador. Allí enseñó a ese grupo de jugadores a ver el fútbol como él. Ahora su viaje lo lleva de nuevo al Camp Nou, al club de su vida que lo necesita desesperadamente. El Barça necesita que lo saquen del abismo que transita por caminos que solo Xavi puede ver y hacer entender.
Qué quiere Xavi de sus jugadores.
“No tenemos que enseñar al jugador a cambiar de posición sino a entender las cosas. El catarí no entiende el porqué. Si yo conduzco el balón él viene hacia mí: ‘¿Qué haces? ¡Nos vamos a chocar!’. Viene a un metro y yo digo: ‘¿No ves que si Maradona y Pelé jugasen en el mismo equipo a un metro de distancia me convierten a mí en el mejor defensor del mundo?’. Pon a Maradona y Pelé a 15 metros. ¿Qué haces? ¿A dónde vas? Pueden pasar tres días que se van a pasar la pelota sin fallar. Cruyff hablaba del acordeón: de abrir el campo, de entender a dónde está el espacio libre”, decía Xavi al diario El País en una entrevista.
En su explicación deja pistas sobre cómo él entrena y cuál es el objetivo de su fútbol. Entrena para generar entendimiento entre sus jugadores para que ellos, por sí mismos, tomen la decisión correcta y generar lo que Xavi más desea: el espacio que lleva al gol.
Xavi ha tenido referentes en los que aún se apoya, como Joan Vila, su mentor y ex director de Metodología del Barcelona. “Sabe más del 'cruyffismo' que el propio Johan Cruyff", ha dicho. "Un estudioso que nos inculcó una nueva manera de entender el juego".
También se nutrió de la sabiduría de Luis Aragonés, muy cercano al futbolista. Luis en España lo hizo mejorar enormemente. También tomo lecciones de Louis Van Gaal, a quien define como un entrenador adelantado a su época, pero quizás el entrenador que más le ha influenciado ha sido Pep Guardiola.
"Pep nos mejoró a todos. Él te enseña el porqué de las cosas, transmite muchísimo. Además, su manera de entender el juego es la del Barcelona. Ha sido la persona más influyente del fútbol mundial en los últimos años", explica Xavi sobre el hombre que le ha dado el manual de estilo a seguir.
Su estilo.
Su convicción en el fútbol ofensivo viene reforzada por esas ideas de Pep y Cruyff de que cuanto más tiempo tengas el balón, más cerca estás de la victoria. Siempre respetando otras propuestas de juego y entendiendo que, durante los partidos, es necesario que los equipos se adapten a las circunstancias y sepan entender los contextos para hallar las soluciones.
“Yo lo que quiero y donde me siento más a gusto es en campo contrario teniendo el balón y yendo al ataque”, ese es el mantra de Xavi.
Para lograr ese cometido la presión en campo contrario es otra de las señas de identidad del equipo de Xavi, como lo fue en el Barça de Guardiola.
Esa misma idea volverá al Barcelona. Su equipo va a buscar arriba al rival, no le dejará progresar hasta el centro del campo y tratará de robar el balón lo más cerca posible de la portería rival. Aquello supondrá un cambio en el acondicionamiento físico, pues el Barça desde Luis Enrique ha optado por una presión menos adelantada y más orientada al mediocampo.
Es decir, Xavi pasa de 4-3-3 al 3-4-3, al 2-5-3 para recuperar el balón lo más arriba posible. Así se traduce en números lo que quiere hacer en la cancha. Los laterales tomarán una altura de extremos y los centrales junto a los pivotes deberán sostener en sus espaldas el espacio dejado por su línea tan adelantada.
Su fútbol es ultradefensivo y ofensivo con la pelota en los pies. “Si él rival no tiene la pelota, no puede hacernos daño”, dice emulando a Johan Cruyff. Su fútbol es lo más cercano a la idiosincrasia culé.
Su filosofía va de portería a portería, del miedo a la osadía. Es un tránsito desde el 4-3-3 hacia el 3-4-3. Cualquier mortal es capaz de traducir eso, con un poco de ayuda, pero después se requiere de una mente dotada para el fútbol y Xavi la tiene.
“Quiero que disfruten con el balón, no que sufran”, decía en The Coaches Voice. El entrenador dice: “Vamos a jugar”. El director técnico: “Vamos a trabajar. Xavi dice: “Vamos a divertirnos con la pelota”. Con esas ideas llegará al banquillo del Barça.