La Vinotinto vivió una de sus peores primeras mitades en lo que va de la competición al ser ampliamente superada por Ecuador, que se fue al descanso con ventaja de 1-0. Más allá del marcador, el equipo dirigido por Fernando Batista mostró una preocupante falta de juego ofensivo y serias deficiencias en la posesión, lo que le impidió competir de igual a igual ante un rival que dominó todos los aspectos del partido.
Desde el inicio, Ecuador impuso su ritmo con una presión alta y rápida circulación de balón, lo que dejó a Venezuela sin opciones claras para responder. La selección ecuatoriana mantuvo la posesión del esférico en un aplastante 81%, dejando a la Vinotinto con solo un 19%, un número alarmante para un equipo que necesitaba generar juego desde el mediocampo.
Un rendimiento ofensivo casi inexistente
El dominio ecuatoriano no solo se reflejó en la posesión, sino también en las oportunidades de gol. La Tri registró 11 remates en total, tres de ellos con dirección a puerta, mientras que Venezuela apenas pudo disparar en tres ocasiones, con solo dos intentos al arco. Además, los dirigidos por Batista no lograron crear ni una sola jugada con alta probabilidad de gol, reflejando la falta de claridad en el ataque.
La desconexión entre líneas fue evidente, con un mediocampo que no logró filtrar pases hacia los delanteros y una defensa que constantemente se vio exigida. La diferencia en la precisión de pases fue abismal: Ecuador completó 328 pases con una efectividad del 92%, mientras que Venezuela apenas logró 54, con un bajo 64% de acierto.
A esto se sumó la falta de agresividad en el ataque, ya que la Vinotinto no tuvo tiros desde fuera del área ni logró aprovechar balones parados. Además, mientras Ecuador acumuló cuatro tiros de esquina, Venezuela no generó ni uno solo.
¿Cómo puede reaccionar Venezuela en la segunda mitad?
Con un rendimiento tan pobre en el primer tiempo, Fernando Batista deberá hacer ajustes urgentes si quiere cambiar el rumbo del partido. Venezuela necesita mejorar en la recuperación del balón y evitar perder la posesión con tanta facilidad. Además, será clave que jugadores como Yeferson Soteldo o Darwin Machís asuman más protagonismo para generar peligro por las bandas.
Si la Vinotinto no logra mejorar su rendimiento en la segunda parte, corre el riesgo de sufrir una derrota más abultada y comprometer su camino en la competición.