Las eliminatorias sudamericanas han llegado a su fin. Con esto, la derrota sufrida por la selección de Brasil frente a Bolivia el martes 9 de septiembre no fue un tropiezo aislado, sino la confirmación de un ciclo marcado por la irregularidad y la pérdida de protagonismo histórico en esta prestigiosa competición.
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El combinado brasileño, acostumbrado a dominar las eliminatorias, cerró esta fase con un registro que ya se considera el más negativo de toda su trayectoria en el camino a la Copa del Mundo y que preocupa a todos sus fanáticos por lo que puede ser el futuro.
El resultado no solo generó sorpresa en el continente por el pase de los bolivianos al repechaje, sino que también expuso las fragilidades de un plantel que no contaba con la mayoría de sus estrellas, pero de igual forma no logró consolidar un juego sólido.
Brasil termina las eliminatorias sudamericanas
El gigante del fútbol y cinco veces campeón del mundo, terminó en una posición inusual que refleja el bajo rendimiento colectivo y la falta de contundencia en momentos clave. Si bien es cierto que tienen un nuevo técnico de alto impacto como Carlo Ancelotti, deberán trabajar arduamente si quieren volver a pelear por ganar otro Mundial.
Por primera vez en la historia de las eliminatorias, Brasil finalizó en el quinto lugar de la tabla y quedó fuera del podio, un dato que es más que alarmante por lo que representa esta selección en el fútbol profesional y mucho más en este tipo de competiciones.
Este desenlace rompe con una tradición de liderazgo y deja al descubierto un proceso que requiere cambios urgentes de cara al futuro de la mano del técnico italiano que ha llegado para devolverle la fuerza a la más ganadora en Copa del Mundo en la historia.
Finalmente, la selección de Brasil tiene mucho trabajo por hacer de aquí al Mundial en 2026, siempre y cuando quieran mantenerse como uno de los favoritos a quedarse con este prestigioso título y demostrar que pueden ser una generación ganadora dentro del terreno de juego.