La cancha de Independiente amaneció convertida en un auténtico campo de batalla luego de los violentos incidentes ocurridos el miércoles en el partido por los octavos de final de la Copa Sudamericana ante Universidad de Chile.
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Las imágenes aéreas captadas por un dron revelaron un escenario devastador: trozos de mampostería, escobas, sanitarios, basura, butacas de plástico, palos y caños dispersos por las gargantas del estadio, especialmente cerca de la tribuna Pavoni alta, desde donde los simpatizantes chilenos arrojaron objetos contra los hinchas locales.
Un estadio marcado por el caos y la violencia
Las secuelas del enfrentamiento entre ambas barras quedaron patentes en el sector visitante del estadio Libertadores de América. La tribuna Pavoni Alta apareció arrasada: partes de inodoros, chapas, maderas, caños y butacas despedazadas por los pasillos, luminarias dañadas y hasta un kiosco destruido con heladeras arrasadas en el suelo. Además, los baños y pasillos fueron ceniceros de destrucción: instalaciones sanitarias hechas añicos, rejas arrancadas, puertas derribadas y vestimentas de hinchas rivales abandonadas entre restos de sangre y fierros retorcidos.
La violencia escaló en una noche que pasó a la historia negra del fútbol sudamericano. Barras locales ingresaron a la tribuna visitante para atacar a los rezagados, desnudarlos y golpearlos frente a la inacción del operativo de seguridad, que consistía en apenas una decena de privados para unos 3500 simpatizantes contrarios.
Balance de víctimas, sanciones y escenario legal
El saldo fue desolador: 12 personas resultaron heridas, con varios de ellos internados en grave estado en centros de salud bonaerenses, y entre 105 y hasta 300 hinchas fueron detenidos por la policía. La Conmebol, en un comunicado, anunció la cancelación definitiva del encuentro por “falta de garantías de seguridad” y derivó el caso a sus órganos judiciales, a la espera de sanciones que podrían alcanzar a ambos clubes.
En cuanto al operativo de seguridad, desde la dirigencia de la U de Chile se cuestionó el accionar en cuanto a la ubicación de sus hinchas en la tribuna sin rejas divisorias y sobre hinchas locales en una zona vulnerable. Según el secretario del club de Avellaneda, hubo un robo previo de objetos de limpieza y la desactivación del sistema de cámaras por parte de los visitantes. Por su parte, autoridades bonaerenses admitieron que no se cumplió con los protocolos previstos para estos eventos.