Fundado por los hermanos Xavier y Luis Font, Manuel Arjona y Gard Passchier, Locomía fue un grupo que causó sensación entre los años 80 y 90. Sus llamativos atuendos, su reveladora música y su impactante estilo le convirtieron en una de las bandas más icónicas de la época.
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Juntos lograron mover sus abanicos en miles de escenarios de España y el mundo, llevando sus ritmos de pop, mezclas con new wave y otros estilos a millones de almas que disfrutaban escucharlos, y que aún, muchos conservan la admiración por ellos.
Pese a su fama, la historia de Locomía finalizó de la peor manera luego de vivir altibajos y pérdidas significativas, como las que expusieron en la película "Disco, Ibiza, Locomía". Los conflictos por los derechos del nombre y las peleas internas fracturaron el legado del grupo.
Tres décadas después, integrantes como Luis viven las consecuencias de no haber podido establecerse correctamente en su momento. Al volver a Madrid, Font tuvo que reinventarse y comenzó a cantar en el metro y en aeropuertos para poder ganarse la vida, la cual últimamente se le ha complicado.
Luis Font en situación de calle
Hace unos meses, el cantante reveló a través de sus redes sociales que tuvo que tomar la decisión de vivir en la calle, debido a su mala situación económica. Ahora, nuevamente sale el tema luego de una entrevista que ofreció a Telecinco para hablar de su estado actual.
“Este banco es el resultado de cómo me veo, en la calle. He tenido un problema en el menisco y no tenía fuerzas para seguir cantando en el metro, y sin entrar mucho en detalle, me he visto obligado a vivir en la calle y a aceptarlo con dignidad”, declaró.
“Para dormir, el banco se me queda un poco corto, pero simplemente lo hago con un edredón, un cojín y un saco que me ha dejado un amigo. Tengo un plástico y me tapo con él”, contestó en referencia a las preguntas del periodista.
El artista dejó de cantar en el Metro de Madrid debido a una operación en los meniscos, y ahora no cuenta con dinero. “Hace dos semanas dormía en el aeropuerto, pero para eso hace falta un dinero que ahora tampoco tengo. Lo poco que tengo, que son 4 euros diarios hasta que se me acaben, son para comer”.
Luis no perdió la oportunidad de atacar a su hermano Xavier. “El dinero lo empleo ahora en comer. Recibí la mayor puñalada que se puede recibir, que es la de mi propio hermano. Me robaron todos mis sueños”, señaló.