Debido a su inmensa fama, la actriz venezolana Gaby Spanic suele ser muy celosa con su vida privada, por lo que es poco que podemos ver de Gabriel de Jesús, su único hijo el cual nació de su relación con el ingeniero Neil Pérez. Sin embargo, algunas postales familiares han dejado ver el crecimiento del adolescente.
Gabriel, quien pronto cumplirá 16 años, significa todo para la vida de la criolla. A pesar de no tener a su padre, el joven no sufre su ausencia pues siempre ha contado con el amor de su familia, y como figura paterna tiene a su abuelo que se ha encargado de darle todo el amor que él necesita, tal como lo relató la misma Gaby.
“Mi hijo no ha conocido a su padre, pero sí tiene una figura masculina bien arraigada que es su abuelo. Obviamente la figura paterna es insustituible, igual como de la madre, pero tiene muchísimo amor”, relató la artista.
Gabriel nació el 7 de julio de 2008 y nunca conoció a su progenitor, ya que, este desapareció cuando la actriz tenía 7 meses de gestación. De esta manera, tuvo que criarlo como madre soltera y eso no ha sido impedimento para sacarlo adelante. De igual forma, de acuerdo a publicaciones de la venezolana, su hijo la acompaña a diferentes compromisos profesionales.
Las pocas fotografías que comparte Spanic de su adoración, dejan ver lo grande que está, y cómo ya casi alcanza a su mamá.
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La tormentosa relación de Gaby y Neil
En el 2021, la exreina de belleza contó lo difícil que resultó su romance con el ingeniero civil. Y, sacó al aire ciertos detalles que vivió que casi provocan la pérdida de Gabriel.
“(Neil) le pidió la mano a mi mamá, a mi papá, me entregó el anillo, nos íbamos a casar, pero bueno pasaron situaciones muy tristes después porque hubieron muchos chismes. Le dijeron a él que mi hijo no era su hijo, fueron muchos chismes, muchas cosas, tuvimos varios enfrentamientos”.
“Manché sangre, estuve a punto de perder a mi hijo estando embarazada”, dijo al revelar que su expareja intentó agredirla físicamente.
Cabe destacar que, hasta el sol de hoy, el venezolano no ha intentado acercarse a su hijo, por lo que el adolescente tampoco sabe de la vida de su padre.