Hace poco más de una semana Emma Rabbe pisó Venezuela luego de 12 años de haber migrado a Canadá, en donde reside con sus tres hijos, frutos de su relación con Daniel Alvarado. Su regreso al país está marcado por un motivo doloroso que involucra a toda la familia Alvarado.
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Si bien la querida actriz venezolana extrañaba su amada tierra, un motivo mayor hizo que viaja miles de kilómetros. Se trata de cumplir la última voluntad de su expareja Daniel Alvarado, quien falleció en julio de 2020 por un infarto fulminante.
En entrevista con Luis Olavarrieta, Emma Rabbe reveló que el fallecido actor quería que sus cenizas fueran regadas en un pino que sembró en la casa de la actriz y que todos sus hijos, incluyendo a Carlos Daniel y Daniela Alvarado, se sentaran al pie de árbol y lo recordaran mientras disfrutaban de un buen whisky.
“Yo creo que el año que viene se va a poder lograr y lo que queremos es simplemente cumplir las últimas palabras de Daniel”, explicó. Este podría ser el primer reencuentro de toda la familia luego de la partida del ‘El Negrito Fullero’.
El dolor de ser migrante
Durante la charla con el comunicador social, reveló el dolor que ha sentido a través de los años por haberse ido de Venezuela. Emma, asegura que no se ha acostumbrado a su vida en Canadá a pesar de tener mucho tiempo residenciado.
"Jamás había llorado tanto en mi vida como cuando yo migré", confesó. Y agregó: “Yo crecí aquí, yo respiro el aire de Venezuela. Yo crecí en La Guaira, en la playa, con el pie metido en la arena, descalza, con los pelos de surfista”, comentó sintiéndose orgullosa.
Afirmó que mantiene viva sus costumbres criollas sin importar la distancia. Además, de conservar su esencia en cada lugar del país norteamericano. Aunque no tiene planes para regresar definitivamente, Rabbe está disfrutando de su estancia en el país con una parada en las paradisíacas playas del estado Falcón.
Emma Rabbe defiende su venezolanidad
Nacida en Canadá, de padre canadiense y de madre venezolana, Emma Rabbe defendió su identidad criolla, pues asegura que, a pesar de haber nacido en otras tierras, su crianza, costumbres y forma de hablar son autóctonas de Venezuela.
Cuando la actriz de “Mi Gorda Bella” tenía 8 meses fue traída a vivir al país. Su triunfo en el entretenimiento de dio a través de su participación en el Miss Venezuela 1988 y sus protagónicos como “Bellísima”, “Adorable Mónica” y “Peligrosa”.