En 1953, en una elegante sala de Los Chorros en Caracas, un joven compositor se enfrentó a un reto: impresionar con la música a la novia de un amigo en su cumpleaños.
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Se trataba de Luis Alejandro Cruz Cordero, un guitarrista de apenas 23 años, todavía sin fama, que, ante la demanda de una canción, la creó en dos días. Esa pieza simple y llena de afecto se convertiría, sin saberlo, en el himno de cumpleaños más emblemático de Venezuela.
Emilio Arvelo popularizó el "Cumpleaños Feliz"
Aunque la melodía existía desde los años cincuenta, fue Emilio Teodoro Giannotti Arvelo quien la inmortalizó en 1964.
Grabó la canción en un sencillo deseo musical que pocos esperaban, pero que terminó siendo el gran éxito del disco gracias a su voz y su insistencia ante la casa disquera Discomoda. De allí, “Ay, qué noche tan preciosa” se propagó por todo el país y más allá de sus fronteras.
Una tradición que late en cada fiesta
Esta versión venezolana no se limita a cuatro frases. Tiene hasta 24 versos que prolongan la celebración, deseando luz, felicidad, prosperidad y bendiciones al cumpleañero.
Es una de las versiones más largas del mundo, extendiendo los buenos deseos hasta por cinco minutos, acompañada por guitarra, maraca y cuatro criollo.
La canción que dejó de pertenecer a su creador
Luis Cruz falleció en 2012, y Emilio Arvelo partió en 2021. Sin embargo, la canción ya no les pertenecía solo a ellos: se convirtió en patrimonio emocional de los venezolanos. En palabras del sobrino de Cruz: “esa canción ya es de este país”.