El mundo se ha estremecido por el impactante cambio físico de la Princesa Kalina de Bulgaria, en su más reciente aparición pública durante la ceremonia fúnebre del Rey Fernando I de Bulgaria en el Palacio Vrana de Sofía.
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No es secreto que ser parte de la realeza exige cumplir con unos cannos de belleza impuestos para no someterse al escrutinio público, sin embargo, Kalina lo ha desafiado contra todo pronóstico, quien a sus 52 años, mantiene un fuerte entrenamiento de pesas, por este motivo sus musculosos brazos son el centro de atención en la fotografía que se ha hecho viral en las redes sociales.
Según reveló el propio esposo de Kalina, Kitín Muñoz, en una entrevista con la revista “Hola!” publicada en 2018, la razón por la que el rostro de la también Duquesa de Sajonia haya quedado casi deformado tiene que ver con complicaciones quirúrgicas que la royal sufrió durante una intervención odontológica.
Kalina no es una princesa convencional como solemos ver por ejemplo en Kate Middleton, de Reino Unido o Sofía de Borbón, de España, quienes lucen de punta en blanco en cada evento y formalidad, acatando las reglas de la monarquía. En reiteradas ocasiones se ha visto a la Duquesa, con looks atrevidos y pocos convencionales para alguien de su estatus.
Antes del cambio
A pesar de su evolución, no fue siempre así; desde joven su atractivo físico prometía convertirse en una de las mujeres más bellas entre los “royals”, pero, desafortunadamente pasó por tantos bisturís que su nariz, mentón y mejillas se deformaron.
“Cuando tenía ocho años, en el colegio se partió las dos paletas de los dientes. En el 1999, estudiando arte en Londres, fue a un dentista para ponerse fundas con la mala suerte de que el dentista perforó demasiado la base del hueso. Esto le causó serios problemas, una infección y una nueva intervención”, fue una de las aclaratorias del yerno de los reyes de Bulgaria.